Cuando los Calendarios Colisionan (y Confunden)
Esta ha sido una temporada ocupada para el personal de Life in Messiah dado que docenas de iglesias solicitaron el seder de “El Mesías en la Pascua” este año. Nos deleitamos en mostrar desde las Escrituras las conexiones entre la Pascua que Dios instituyó en Éxodo y la Cena del Señor donde “el Cordero de Dios” dio un nuevo significado al pan sin levadura y la copa luego de la comida, antes de ofrecerse como nuestro sacrificio sustitutorio.
A veces, la “Semana Santa” cristiana coincide exactamente con la Pascua. Entonces lo que es llamado “Jueves Santo” se alinea con la primera noche de Pascua en el calendario judío, seguido por el Domingo de Resurrección el domingo siguiente.
Pero este año los calendarios colisionaron. En el Domingo de Ramos, estábamos deseando a nuestro amigos judíos un “Feliz Purim”. En las sinagogas alrededor del mundo, el libro de Ester estaba siendo leído. Niños judíos estában vestidos con disfraces coloridos (la tradición de estar “disfrazado” para evadir la sentencia de muerte que Amán había hecho que impusiera el Rey Asuero para aniquilar a sus súbditos judíos) y “Purim Shpil” (relatos cómicos de la liberación de Dios) fueron promulgados. En las iglesias, la Entrada Triunfal del Mesías fue predicada y los niños tenían ramas de palmera.
Así que, ¿cómo fue que los cristianos celebraron Domingo de Resurrección el 31 de Marzo del 2024 cuando Pascua no comienza sino hasta la tarde del 22 de Abril?
Desde el primer siglo hasta el 324 d.C., los seguidores del Mesías Jesús sabían cuándo celebrar el triunfo del Salvador sobre el pecado y la tumba. Ellos veían al calendario judío y cuando fuera que la Pascua se celebrara, el Día de Resurreción sería al domingo siguiente.
Pero en el 325 en el Concilio de Nicea, los líderes de la iglesia decidieron que cortarían la conección con el calendario judío. La formula que ellos inventaron sigue vigente hoy: Domingo de Resurrección es el primer domingo (eso lo hicieron correctamente) después de la primer luna llena que sigue el equinoccio de primavera (¡encuentra ESO en tu Biblia).
Lo que encontramos en la Biblia es que Dios dijo: “Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años” (Génesis 1:14). Las luces, por supuesto, son el sol, la luna, y las estrellas.
Dos sistemas fueron desarrollados en elm undo antiguo para realizar un seguimiento de los años: el calendario solar y el calendario lunar.
El calendario usado en la mayoría del mundo moderno está basado en el calendario romanod que Julio César creó en el 45 a.C. El calendario juliano sigue al sol, basado en 365 días y cuarto en un año. El pequeño error de cálculo en el “cuarto de día extra” fue que anualmente se agregaban 11 minutos “extra”.
En 1582, el Papa Gregorio XIII ajustó el año a 365.2425; nosotros usamos el “calendario gregoriano” hoy, con un “día intercalado” añadido en febrero cada año divisible por cuatro[1]. Gregorio también movió el primer mes del calendario a Enero (llamado así en honor al dios romano Janus) en lugar de Marzo (homónimo del Dios Marte). ¿Te habías preguntado alguna vez por qué de Septiembre a Diciembre llevan “el nombre de números latinos equivocados” (Septiem= siete; Octu= ocho; Noviem= nueve; Diciem= diez)? Diciembre era el mes decimo cuando el calendario empezaba en Marzo; ahora es el “equivocadamente llamado” doceavo mes de nuestros calendarios.
El calendario judío difiere del calendario romano en su énfoque básico para calcular el tiempo. El calendario hebreo es lunar (basado en ciclos de la luna), pero con ajustes para el calendario solar (el tiempo que le toma a la tierra para dar una vuelta alrededor del sol). Esta es una diferencia que cuenta para la manera en que las fiestas judías parecen “moverse alrededor” de nuestros calendarios modernos. En cualquier claendario, un año se refiere al tiempo que toma completar los ciclos para las estaciones o, para ser más exactos, el tiempo que toma para ir del solsticio de invierno a otro solsticio de invierno, del equinoccio de primavera a otro equinoccio de primavera.
Más o menos, un “mes” en ambos calendarios se refiere al tiempo que le toma a la luna para ir de “nueva” a “llena” a “nueva” otra vez (lo que de hecho toma 29 días y medio)[2]. La longitud de los meses en el calendario judío se alterna entre 29 y 30 días. De esta manera, cada mes comenzará con una luna nueva y así el calendario hebreo está en la fase adecuada; por ejemplo, el día 15 siempre coincide con la luna llena.
Sin duda Moisés estaría familiarizado con el calendario solar de su tiempo como príncipe real en Egipto. Los egipcios eran astrólogos de clase mundial y adoraban al sol (uno de sus muchos dioses), sobre el cual basaban su calendario mucho antes del tiempo de Moisés.
En lo que respecta a la mayoría de la gente común, el calendario lunar era mucho menos misterioso que el solar. (Cualquiera podía decir si la luna es llena, pero típicamente solo los astrónomos ponían atención al equinoccio de primavera). Bajo la dirección de Dios, el pueblo judío usaba los ciclos de la luna para marcar el tiempo en el calendario con el que el pueblo podría identificarse mejor visualmente.
En el curso de un año, la luna atraviesa sus fases 12 veces, pero con 11 días “sobrantes” para completar un año solar. Los romanos lidiaron con esto al distribuir el día extra entre los doce meses (es por eso que algunos meses tienen 30 días y otros tienen 31). Pero dado que un mes romano (mensis en latín) no comienza ni termina de hecho con ninguna fase de la luna en particular, un “mes” no representa un ciclo de la luna ya más. Judíos observantes religiosamente siguen poniendo atención a las fases de la luna.
La discrepancia entre el calendario lunar y el calendario solar (que controla el ciclo de las estaciones), fue ajustado añadiendo siete llamados meses intercalados dentro de un ciclo de 19 años: un segundo Adar (llamado Adar 1) es añadido en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17, y 19[3].
Para compliar las cosas aun más, el año hebreo tiene dos inicios (sin contar un tercer “año del rey” y un cuarto “año nuevo de los árboles”[4]). De acuerdo a Éxodo 12 y Levítico 23, el primer mes es en la primavera, pero desde la época de la cautividad babilonia el mes séptimo también ha sido visto como el inicio del año. El año que empieza en la primavera es llamado año sagrado, y el año que comienza en el otoño es el año civil.
A los días de la semana sólo se les dan números, como en el relato de la Creación: Yom Rishón (nuestro domingo) es el Día Primero; Viernes, Yom Shishi, es el Día Sexto. El único “día nombrado” es el séptimo; Shabbat (del cual obtenemos Sábado en Español).
Sólo cuatro meses son nombrado en la Escritura[5]: Abib (Aviv), Ziv, Etanim, y Bul. Por ejemplo, en Éxodo 12:2 Dios dice: “Este será el principio de los meses para ti” y el mes es nombrado “Abib” en Éxodo 13:4. Durante el exilio en Babilonia, los hebreos adoptaron nombres babilonios para todos los 12 meses; Abib[6] es ahora Nissan, el “primer mes” en el cual Pascua es celebrada siempre. El mes que precede Nissan es Adar, cuando Purim es celebrado -excepto cuando un Adar 1 es añadido; entonces Purim es celebrado en Adar 2.
¿Confundido ya? Pero espera, ¡hay más!
En el calendario judío civil (el cual empieza con Rosh Hashaná el 1 de Tishrei en el otoño) estaremos en el año 5784[7]. Esto basado en el cálculo de Maimónides[8] de las genealogías bíblicas[9] para determinar que Dios creó a la humanidad en el año 3761 a.C. (de nuestro calendario).
Si no te hemos perdido aún, quizás ahora lo hagamos… En el calendario gregoriano estamos en el año 2024 d.C. De hecho, en el 525 d.C., el monje Dionisio Exigio fue el primero en dejar de fechar el calendario según el gobierno del emperador romano[10]. AD (siglas usadas en inglés) (Anno Domini) se refiere al “Año de nuestro Señor”; y el BC[11] (siglas usadas en inglés para Antes de Cristo (Before Christ)) fue desarrollado despúes para referirse al tiempo antes de que Jesús viviera.
Mientras que tendemos a pensar que el 1 d.C. debe ser el año del nacimiento de Jesús, sabemos que no puede ser ceirto históricamente. Herodes el Grande fue el rey de Judea cuando Jesús nació en Belén. Mateo 2 registra la historia de los magi quienes preguntaron a Herodes sobre el paradero del recién nacido “Rey de los judíos”. La respuesta maligna del rey a esta precibida amenaza a su trono fue asesonar los niños varones de dos años o menos en Belén. Herodes murió en el 4 a.C.[12], de manera que nuestros calendarios están desfazados por un mínimo de cuatro años -quizás seis, dependiendo de cuánto “colchón” puso Herodes en su cálculo de la edad del bebé. De manera que estamos mínimo en el año 2028 si estamos contando realmente desde el nacimiento de Jesús.
Al final, el destino eterno de nadie depende de qué año es este, o si usamos un calendario solar o lunar. En Life in Messiah, sin embargo, pensamos que es una lástima que el Concilio de Nicea decidiera separar la celebración de la resurrección del Mesías de Pascua. Considera esto:
El ministerio público de Jesús fue inaugurado por la declaración de Juan el Bautista, “¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29).
Jesús comió una comida de Pascua en la primer noche de Pascua y fue crucificado mientras los corderos eran sacrificados en el Templo en la segunda noche.
Pablo identifica a Jesús como “el Mesías, nuestra Pascua ha sido también sacrificada” (1 Corintios 5:7).
Los calendarios pueden ser consusos pero el registro es claro: No está aquí. Ha resucitado, tal como lo anunció” (Mateo 28:6).
El evangelio también es claro: “¡Cree en el Señor Jesuristo y serás salvo!” (Hechos 16:31). Y si tenemos eso correctamente, todo lo demás es secundario -el día o año que sea.
Escrito por Wes Taber, Embajador Global de Life in Messiah
¿Has pasado mucho tiempo aprendiendo acerca de las Fiestas del Señor? Considera familiarizarte con Levítico 23 y puedes leer mas aquí.
¿Sabías que la mayoría de los judíos tiene dos cumpleaños? Uno en el calendario gregoriano y uno en el calendario hebreo.
Un ajuste aún más complicado es que cuando un año que termina en 00 también es divisible por 400, no agregamos un día bisiesto. Ah, y de vez en cuando se debe agregar un “segundo bisisesto” para mantener nuestros relojes en hora. ¡Afortunadamente, nuestros teléfonos inteligentes tienen todo esto en cuenta sin que tengamos que preocuparnos!
Un mes lunar= 29 días, 12 horas, 44 minutos, y 3.5 segundos; un año solar= 365 días, 48 minutos, y 46 segundos. Ver https://www.jewishvirtuallibrary.org/calendar.
Un "mes calculado" no corresponde necesariamente a la luna nueva visible debido a cómo la luna orbita la Tierra. El rabino Hillel II (c. 358 d.C.) estableció una duración fija para un molad (literalmente, “nacimiento” de un mes) en 29 días, 12 horas y 793 “jelikim” (partes). Del mismo modo, la luz del día varía según la estación, por lo que los judíos observantes necesitan saber si se utiliza una hora molad (es decir, calculada) o una “hora estacional” (basada en la luz del día) para calcular los tiempos de oración diarios o cuándo dejar de comer levadura el 14 de Nisán. Consulte https://www.jewfaq.org/jewish_calendar_calculation.
Tu b’Shevat es el “día del árbol” de Israel; https://theconversation.com/how-the-ancient-jewish-new-year-for-trees-became-an-israeli-celebration-of-nature-198727.
Otros meses en la Escritura sólo son identificados por el número (ver https://www.chabad.org/library/article_cdo/aid/987524/jewish/Why-Babylonian-Names-for-Jewish-Months.htm).
Aviv es el que todavía se utiliza en el hebreo moderno; significa “primavera”.
Se puede encontrar un práctico “convertidor de fechas” en https://www.hebcal.com/.
El obispo Usher usó un método similar para calcular que el Anno Mundi (Año del Mundo) es el 4004 a.C. Los cómputos no son simplemente asunto de matemáticas; https://biblearchaeology.org/research/biblical-chronologies/4508-ussher-explained-and-corrected.
https://www.calendarr.com/united-states/bc-and-ad-their-meaning-and-differences/.
Aquellos que no desean referirse a nuestro Señor Jesús cuando escriben fechas sustituyen EC (Era Común) para d.C., y AEC (Antes de la Era Común) para a.C.