El Día Más Santo del Año

 
 

Recientemente estaba leyendo un artículo acerca de Yom Kipur[1] en un sitio web educativo judío. Encontré los comentarios finales tan interesantes como el artículo en sí.

La mayoría de los comentaristas eran personas judías con preguntas específicas acerca de la observación apropiada del Día de Expiación. Otros compartían afectuosos recuerdos de pasadas celebraciones de Yom Kipur. Algunos eran Gentiles buscando tener un mejor entendimiento del judaísmo.

El comentario de una mujer se me quedó grabado. Mientras se preparaba para observar el Día de Expiación, se hallaba ansiosa por saber cuánto perdón podría esperar recibir. ¿Cómo podría saber que había sido perdonada? ¿Sería perdonada por cada pecado o sólo por algunos? ¿Qué pasaba con aquellas fallas personales que parecía no poder cambiar?

Yom Kipur es el día más santo en el calendario judío. Es el momento en que el pueblo judío busca estar “limpio (limpiado) de todo(s) (sus) pecado(s) delante del Señor” (Levítico 16:30). De acuerdo a la tradición rabínica, luego de Yom Kipur, uno continúa el nuevo año con los pecados de los pasados 12 meses escondidos de la vista de Dios.

Con tantas cosas sucediendo en estas 25 horas, es comprensible que muchos estén ansiosos por “hacerlo bien”.

El período de 10 días entre Rosh Hashaná (el año nuevo judío) y Yom Kipur, conocido como los Días de Arrepentimiento, provee un tiempo amplio de auto examinación. Diez días de pensar detenidamente los propios pecados por omisión o comisión, de reconciliar relaciones tensas, y de pedirle a Dios que nos libere de votos desacertados.

¿Son estos 10 días de arrepentimiento realmente necesarios? La mayoría de nosotros nos consideramos buenas personas.

Pero ese no es el punto, ¿cierto? No importa si somos buenas personas comparados con, digamos, un tirador de una masacre escolar. Lo que importa es si somos buenas personas ante los ojos de Dios.

Lo que nos lleva a la razón por la que Dios decretó el Yom Kipur en primer lugar. En el Antiguo Testamento, constantemente Él exhortó a Israel a ser santo, como Él es Santo. Levítico 20:26 es un ejemplo de muchos: Me seréis, pues, santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos. El diccionario Merriam- Webster define santo[2] como “uno que es perfecto en bondad y justicia; divino”.

Ni tú ni yo podemos declarar ser perfectos o divinos. Lo israelitas tampoco. Cualquiera que no pueda declarar santidad necesita entonces expación. Así de simple.

Por lo tanto existe el Día de Expiación anual, un tiempo dispuesto para los israelitas para practicar abnegación, y de abstenerse del trabajo y placer. Dios lo dijo acerca de este día:

porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante del Señor. Os será día de reposo, de descanso solemne, para que humilléis vuestras almas; es estatuto perpetuo. Así el sacerdote que es ungido y ordenado para ministrar como sacerdote en lugar de su padre hará expiación…y hará expiación por el santo santuario; hará expiación también por la tienda de reunión y por el altar. Hará expiación además por los sacerdotes y por todo el pueblo de la asamblea. Tendréis esto por estatuto perpetuo para hacer expiación por los hijos de Israel, por todos sus pecados, una vez cada año. Tal como el Señor lo ordenó a Moisés, así lo hizo (Levítico 16:30-34).

Dios conocía que Su pueblo fallaría en tratar de vivir de acuerdo a Sus estándares, así que porveyó esta manera para que sus pecados “fueran cubiertos”[3] a través de la sangre de animales sacrificados.

Sin embargo, los sacrificios en Yom Kipur tenían una eficacia limitada. El autor de Hebreos dice: “…lo cual es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica ese culto, puesto que tienen que ver solo con comidas y bebidas, y diversas abluciones y ordenanzas para el cuerpo, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas” (Hebreos 9:9, 10). Yom Kipur sólo podría proveer expiación por un tiempo limitado, pero era la provisión suficiente (si bien temporal) de Dios.

Hay un grave problema con Yom Kipur hoy: sin el Templo, que fue destruído en el año 70 d.C., no hay una manera autorizada por Dios para efectuar un sacrificio. El autor de Hebreos lo señala “…Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (Hebreos 9:22, énfasis propio).

En el judaísmo moderno, orar, arrepentirse, y dar a la caridad han tomado el lugar de los sacrificios. Sin embargo, sin la posibilidad de observar Yom Kipur de la manera exacta en que fue decretada en la Escritura, no es maravilla que algunos se preocupen de las minucias del Día de Expiación.

Pero estas son las buenas noticias: antes de la destrucción del Templo, Dios proveyó un medio para expiación aún mejor que Yom Kipur - el “nuevo orden” que es explicado en Hebreos 9:24- 26:

Porque Cristo no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros, y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdoteentra al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces[ae] desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo.

Hebreos 9:13, 14:

Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación[n] de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?

¿Cómo podemos estar seguros de que todos nuestros pecados han sido eternamente expiados? Al depositar nuestra fe en Jesús el Mesías, el Sumo Sacerdote perfecto.

Yom Kipur es un importante tiempo para la auto examinación y el arrepentimiento. ¡Pero los creyentes en Jesús se pueden regocijar de que nos arrepentimos como aquellos que ya han sido perdonados!

Escrito por Miriam, Asistente de Comunicaciones de Life in Messiah.


  1. Para los creyentes, Yom Kipur es una oportunidad para enfocarnos específicamente en la auto examinación y el arrepentimiento. ¡Pero la melancolía de este día es templado por el gozo de saber que nuestros pecados han sido perdonados en el Mesías!

  2. Incluso si tú no eres judío o no sueles observar Yom Kipur, considera utilizar este tiempo para acercarte a Dios. Ora en el espíriu del Salmo 139:23, 24:

Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis inquietudes.
Y ve si hay en mí camino malo,
y guíame en el camino eterno.

3. Ora por las personas judías que no conocen a su Mesías. Ora para que mientras ellos observan Yom Kipur este año, sus corazones sean abiertos a Yeshúa (Jesús) y a la expiación perfecta que Él ofrece.


  1. Para aprender más acerca de esta fiesta judía, haz click aquí.

  2. http://www.merriam-webster.com/dictionary/holy.

  3. La raíz de la palabra kippur es “cubrir”.

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