Historia de Dos Personajes

 
 

Cuando leí Oliver Twist por primera vez cuando era niña, mi principal crítica fue que debería haber habido menos sobre los adultos y más sobre Oliver. Mi yo de doce años, no estaba en sintonía con el comentario de Charles Dickens sobre males victorianos como el hospicio.

Como adulta, aprecio que Oliver Twist sea mucho más que una historia sobre un desafortunado huérfano. Dickens utilizó sus novelas para abordar los problemas sociales de su época, humanizando las esferas más bajas de la sociedad victoriana para generar reformas sociales[1]. Su pluma tenía poder.

Desafortunadamente este poder no siempre fue para lo mejor.

Fagin: El villano por excelencia.

Oliver Twist presenta uno de los personajes más infames de Dickens: Fagin, el villano judío. Un traicionero corruptor de la juventud, Fagin encarna una serie de acusaciones antisemitas, desde su traición hasta su avaricia. Si bien la caracterización degradante de Dickens del judío Fagin no fue excepcional para su época, el autor tuvo una influencia excepcional en la sociedad victoriana. Fagin –y todos los estereotipos antisemitas que reforzó– se convertiría en uno de los personajes judíos más famosos de la literatura inglesa.

Dickens nunca se considerará a él mismo un antisemita. En una ocasión él escribió: “No conozco ninguna razón que los judíos puedan tener para considerarme “enemigo” con ellos... Si tienen alguna fantasía irracional sobre el tema, lo lamento; pero la culpa es de ellos, no mía”[2]. Él señalaba que en Una Historia de Inglaterra para niños él condenaba el trato anterior de su país hacia sus habitantes judíos.

Dickens parecía ciego a las maneras aunque sus propios escritos prolíficos, especialmente el personaje de Fagin, perpetuaba las mismas actitudes antisemitas que él tanto deploraba.

Sr. Riah: El insulso benefactor

Aunque Fagin es el personaje judío mejor conocido de Dickens, no está solo. La última novela completa del autor, Nuestro Amigo Mutuo, presenta a un prominente personaje judío de diferente naturaleza. El señor Ríah es el inverso de todo lo que Fagin representa. Mientras que Fagin es cruel y cobarde, el señor Ríah es compasivo, valiente, y actúa como el protector de uno de los protagonistas de la novela.

Aunque sí que se ha sido criticado por hacer del personaje del señor Ría muy insulso para ser memorable[4], no obstante el señor Ríah es un personaje judío decididamente positivo, incluso heroico.

Claramente, algo pasó para cambiar la perspectiva de Dickens en los años entre Oliver Twist y Nuestro Amigo Mutuo.

Charles Dickens: el corresponsal arrepentido

Menos de una década antes de su muerte, Dickens vendió su casa en Londre, Tavistock House, al banquero judío James P. Davis y su esposa Eliza. En una carta a un amigo, Dickens evoca la acusación de la avaricia judía, sugiriendo que el Sr. Davis no estaría dispuesto a desprenderse de su dinero. No obstante, después de la venta, Dickens enmendó su perspectiva, escribiendo, “Nunca he realizado ninguna transacción monetaria con nadie, hecha de manera más rápida, justa y considerada que la compra de Tavistock House”[5].

Dickens y los Davis estaban en términos tan amistosos que la Sra. Davis le escribió a Dickens, elogiando sus escritos pero expresando su preocupación de que el personaje de Fagin "alentaba un prejuicio vil" contra su pueblo.

Si bien Dickens inicialmente se defendió, argumentando que “la clase de criminal de Fagin era invariablemente judía”, evidentemente tomó sus comentarios en serio. Detuvo la reedición de Oliver Twist el tiempo suficiente para eliminar más de cien referencias a Fagin como "el judío". Más tarde, en la novela en serie Nuestro amigo común, Dickens creó al simpático personaje judío, el Sr. Riah.

La Sra. Davis agradeció a Dickens por su interpretación positiva del Sr. Riah y luego le envió un regalo con la nota: “Presentada a Charles Dickens Esq. en reconocimiento agradecido y admirado por haber ejercido la cualidad más noble que el hombre puede poseer; el de expiar un daño tan pronto como tenga conciencia de haberlo causado”.

Conclusión

Encuentro notable el enfoque de la señora Davis hacia Charles Dickens. Sin condenar ni excusar al famoso autor por su antisemitismo, afirmó su defensa de los oprimidos de la sociedad, pero lo confrontó por ocultar su característica compasión hacia el pueblo judío. Su encantador enfoque impulsó a Dickens a cambiar de opinión.

Es fácil detectar los prejuicios de otras personas, pero es difícil abordarlos sabiamente. Uno puede imaginar con qué cuidado debió considerar la señora Davis la redacción de sus cartas a Dickens. Que nos esforcemos por emular su postura amable pero intransigente. “La dulzura en la palabra aumenta la persuasión” (Proverbios 16:21).

Todos tenemos nuestras inconsistencias. Quizás, como Charles Dickens, no hayamos logrado extender la compasión a una persona o grupo específico. Que Dios nos envíe a Eliza Davis para iluminar suavemente nuestros puntos ciegos mientras afirmamos las formas en que nuestras simpatías honran a Dios.

Escrito por Miriam, Coordinadora de Comunicaciones de Life in Messiah


  1. ¿Alguna vez has tenido la oportunidad de ser una Eliza Davis? ¿Cómo respondieron los Dickens en tu situación?

  2. Jesús nunca transigió al denunciar el pecado en la vida de las personas, pero su trato hacia los pecadores siempre estuvo marcado por la compasión. Se necesita confiar en el Espíritu Santo para que podamos emularlo.

  3. Desafío: cuando ves o escuchas ataques falsos contra el pueblo judío o Israel, ¿estás dispuesto a defender la verdad? Consulte https://youtu.be/jaA1maZAJ98 para ver un ejemplo. [¿Por qué no suscribirse al canal de YouTube de Life in Messiah en https://www.youtube.com/lifeinmessiah?]


  1. El English Plus Podcast resume el impacto de Dickens y escribe: "Dickens dejó un impacto indeleble en la sociedad victoriana, moldeó las actitudes del público, inspiró reformas sociales y dejó un legado duradero en los anales de la literatura".

  2. Citado por Cecil Bloom en Antisemitismo de Charles Dickens.

  3. De La historia infantil de Inglaterra de Dickens, citado por Cecil Bloom en Antisemitismo de Charles Dickens.

  4. Adam Roberts considera que el carácter de Riah es una mejora con respecto al carácter de Fagin, pero sostiene que el Sr. Riah no “escapa del antisemitismo por completo”. James D. Mardock resume el consenso crítico sobre el personaje de Riah como “al mismo tiempo sobrehumano y subhumano, un santo y una nulidad, construido sólo para contradecir... actitudes antisemitas”.

  5. Citado por Cecil Bloom en Antisemitismo de Charles Dickens.

  6. Como señaló Bloom, rara vez se hace referencia a Fagin por su nombre en la novela, pero se hace referencia a él como "el judío" cientos de veces. Dickens conecta directamente la villanía de Fagin con su judaísmo.

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