La Revolución del Jesús judío (Parte 2)
Cuando era joven asistía al programa de niños de nuestro templo (en una sinagoga reformada). Quedé desilusionado luego de unos años.
Me preguntaba si las historias de los patriarcas y matriarcas eran cuentos de hadas. Después de todo, ¡ellos hablaban con Dios! Yo sabía por definición que Dios debía estar vivo en ese entonces y también en ese momento dado que Él es eterno. ¿Por qué no me decían cómo hablar con Dios lo cual deseaba sinceramente? Cuando no lo hicieron (pudieron hacerlo), dejé de asistir.
Unos años después, nos mudamos justo a lado de uno de los oficiales de la sinagoga. Mi padre era un médico que realmente se preocupaba por el sufrimiento humano. Aunque no éramos “religiosos”, yo pensaba que la vida de mi padre reflejaba algo acerca de Dios más claramente que la de este hombre religioso.
My tátara abuelo materno, Isidore Kalisch, había sido uno de los líderes del movimiento de judaísmo reformado en los Estados Unidos. Estas, y otras experiencias, oscurecieron mi mirada hacia un judaísmo más observante.
La convulsión social que permeaba el país en los 60s y 70s me afectó profundamente (lee la Parte 1 de este blog para más detalles). Yo estaba buscando respuestas. Wes Taber (el Embajador Global de Life in Messiah) dice que había un “espíritu iconoclástico” en ese tiempo.
Las construcciones y experiencias que alguna vez se fueron adheridas y valoradas, ya no lo eran. Quizás uno puede decir que como en el tiempo de los Jueces, “cada quien hacía lo que bien le parecía”.
Fritz Perls, un reconocido psicólogo de ese tiempo decía: “Tú haz lo tuyo y yo hago lo mío. Y si por casualidad nos encontramos, es hermoso”. Después de todo, quién puede decir qué es correcto y qué no.
En la película “La Revolución de Jesús”, uno de los líderes hippies que se había hecho cristiano dijo que el uso de drogas era simplemente una búsqueda de Dios. Tal vez lo era para algunos. Para mí y muchos otros, era una búsqueda de respuestas que rápidamente se degradó hacia una búsqueda de placer solamente, y al final en una desilusión.
Los Beatles habían ido a la India. La expresión religiosa oriental se convirtió en la de rigor. Uno estaba en el yoga, otro más en la Meditación Trascendental, otro en el Hare Krishna. Había una mezcolanza de creencias para escoger.
Años más tarde, una mujer judía de mi congregación en New York me dijo que su familiar era el principal budista del estado de New York. Tristemente para muchos de nosotros que veníamos de un contexto judío, buscábamos donde fuera MENOS en Jesús. Yo era un adherente al Taoísmo. Luego descubrí que el maestro de mi maestro era Metodista. ¡¿Qué?! Si el Taoísmo era la respuesta, ¿por qué esta persona era Metodista? Ese fue el final del Taoísmo para mí. Y como el Taoísmo, las drogas y otras opciones de estilos de vida parecían conducir a un callejón sin salida. De nuevo, el líder hippie cristiano en la película dice, los hippies son como ovejas sin pastor. Aún más, él declara que ellos son un montón de personas desesperadas quienes están buscando todas las cosas correctas en todos los lugares incorrectos.
¿Dónde se podía hallar la paz? ¿Quién o qué tenía las respuestas de la vida?
La animosidad y la Guerra que parecía no tener fin confrontaban diariamente a los Estados Unidos. En aquellos días, las bajas se reportaban cada noche en las noticias: número de muertos, número de heridos. ¿Podía esta nación sobrevivir a la ira que la estaba dividiendo? Estas eran profundas, atemorizantes, e irresueltas preocupaciones.
No creo que sea injusto o falso decir que estos eran tiempos desesperados. Lo que afectaba a la juventud en los Estados Unidos en general, también afectaba a la juventud judía. De hecho, muchos de los líderes del movimeinto antibélico eran judíos. Jerry Rubin, Mark Rudd, y Alan Ginsburg eran algunos de los más conocidos. Los jóvenes judíos también se estaban “encendiendo, sintonizando, y desconectando”.
En California, el “movimiento de libre expresión” había comenzado en el área de San Francisco, “la capital hippie del mundo”. Algunos querían encontrar nuevas maneras de comunicar el evangelio. Y lo hicieron. Los hippies judíos estaban viniendo a la fe a medida que el Espíritu de Dios estaba trabajando en sus corazones y en sus vidas – y en grandes cantidades aunque es difícil reportar cifras exactas. Durante este tiempo, el número de congregaciones mesiánicas comenzó a crecer, en los Estados Unidos, en Israel, y en otros lugares.
Un pastor que conocía solía decir: “La madurez espiritual es cuando Dios sólo tiene que tocarte en el hombro, no golpearte con una viga de madera”. Yo necesitaba la viga de madera.
Buscando un cambio de trabajo un día, mi coche se sobrecalentó. Cuando quité la tapa del radiador, un geiser de agua caliente me golpeó del pecho hacia arriba. Me quemé a tal punto que necesitaba un hospital. Cuando aquello sucedió el pensamiento vino a mí: “No me quiero ir al infierno”. Como judío, jamás había pensado acerca del infierno, mucho menos había temido terminar ahí. Me estaba quemando. Afortunadamente, no tuve daños permanentes.
Mientras me recuperaba, decidí comprar una Biblia. Razoné que había buscado en todos lados, pero nunca había leído el Nuevo Testamento. Comencé a enamorarme de Jesús. Y me sorprendí al descubrir que el Nuevo Testamento no era antisemita. Jesús era judío, al igual que Sus padres y seguidores. ¡Y todo había sucedido en Israel!
Pero no tenía instrucción en este punto. Ni tampoco estaba listo para comprometer mi vida con Él. Una señora había venido al pueblo y se promocionaba a ella misma como “Gurú Occidental”. Me reuní con ella implorando que quería conocer a Jesús. Su respuesta: “¿Por qué ir con el número dos cuando puedes ir con el número uno?”. Eso sonaba lógico. Me dijo que me deshiciera de todo lo que pudiera estar entre Dios y yo. Me deshice de todas mis posesiones y me dispuse en un viaje para encontrar a Dios.
En una Rescue Mission, mientras andaba de mochilero, oré junto con el director y Jesús se convirtió en mi Mesías. Y en ese momento, comprendí que el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob, el Dios que deseaba tiempo atrás en la escuela hebrea, estaba vivo y tenía Su mano en mi vida.
Vine a la fe hacia el final de la Revolución de Jesús que había empezado a finales de los 60s. Los mismos intentos de encontrar sentido y respuestas que eran comúnes a los hippies fueron parte de mi lucha. El caos, las drogas, las expresiones de fe que ni lo hacían ni podían satisfacerme, fueron todas parte de mi experiencia.
En nuestro sitio web, In Search of Shalom hay historias de personas judías que vinieron a la fe durante esos tiempos tumultuosos. Muchas de sus historias reflejan la mía. Dios en Su misericordia nos reveló a Su Hijo. Oramos por un nuevo movimiento del Espíritu de Dios en las comunidades judías en todo el mundo que resulte en fe salvadora.
Ha pasado antes. Señor, por favor, que suceda de nuevo.
Escrito por Marc, staff de Life in Messiah.
¿Te unirías a nostros en oración por un avivamiento? ¿Especialmente entre Su pueblo escogido?
Revisa más testimonios de personas judías viniendo a la fe: https://www.insearchofshalom.com/all/storiesofshalom