La Señal de Jonás

 
 

Hace 2,00 años, Jesús escogió al profeta Jonás como una señal profética de lo que le iba a suceder. Su intención era llamar a Su pueblo, Israel, al arrepentimiento y a creer en Él[1].

¿Qué tiene que ver la historia de este antiguo profeta con el pueblo judío hoy en 2024?

Veamos un par de versículos del texto de Jonás para ver cuán relevantes e importantes pueden ser todavía para nosotros hoy.

Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia. Y aquellos hombres temieron en gran manera al Señor; ofrecieron un sacrificio al Señor y le hicieron votos. Y el Señor dispuso un gran pez que se tragara a Jonás; y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches (Jonás 1:15-17).

Cuando la fuerte tormenta en el mar Mediterráneo amenazó con zozobrar el barco, los marineros preguntaron a Jonás qué hacer. Al escuchar la respuesta: “Tírenme por la borda”[2], intentaron desesperadamente llevarlo sano y salvo a la orilla. La tormenta aumentó aún más hasta que abandonaron sus inútiles esfuerzos[3] y se resignaron a la misericordia de Dios, reconociendo la difícil situación de Jonás como la voluntad soberana del Señor. Luego siguieron el consejo de Jonás y, después de haber orado[4], lo arrojaron por la borda al mar agitado y tumultuoso.

Así como Jesús calmó la tormenta en el mar de Galilea con una reprimenda como lo registra el Evangelio de Mateo, ¡el Mediterráneo en la narrativa de Jonás se calmó! Y, así como los discípulos estaban sumamente asustados ante esta exhibición[5], ¡reflejando cómo los marineros habían temido mucho al Señor, una vez que la tormenta amainó! El salmista confirma que lo que Jesús hizo en el mar de Galilea muestra que Él es el Señor, como leemos en Salmo 89:8–9 y 107:25–31.

En respuesta a que Dios calmó el mar turbulento, los marineros ofrecen un sacrificio y un voto al Dios de Israel. ¡Qué muestra de agradecimiento y fe por parte de los marineros paganos! ¡Ah, y luego vemos al obediente salvador de Jonás, y viene en forma de un gran pez! Como gobernante soberano de todo, Dios instruye al mundo físico y espiritual como Él desea.

En las Escrituras vemos a Dios usar un pollino, un asno, una nube, una zarza ardiente, un arco iris, una paloma, un cuervo y ahora una ballena. Divide un mar, divide un río, camina sobre el agua y detiene el tiempo. ¡Oh, que los hombres dieran gracias al SEÑOR!

Podemos ver claramente en estos textos que se hará la voluntad de Dios. Que seamos sabios, como el pez, como el asno y el cuervo, obedeciendo Su voluntad, Su camino. Al hacerlo, podemos evitar las circunstancias bastante difíciles que Dios diseña para hacer que los descarriados regresen a su camino deseado. Hoy en día, aunque el mandato de la humanidad es “gobernar sobre los peces del mar y las aves del cielo”, hacemos bien en aprender de su obediencia a nuestro Hacedor.

Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos (Apocalipsis 5:13).

Este pasaje de Jonás es al que Jesús se refería cuando le habló a los escribes, fariseos, y a “esta generación”. “La única señal que les será dada es la señal de Jonás” (Mateo 12:39).

Vale la pena señalar que Saulo (renombrado como Pablo), después de su encuentro con Jesús en el camino a Damasco, estuvo tres días sin ver, sin comer ni beber, en un estado de ceguera causado por la incredulidad. Compare eso con los tres días que Jonás estuvo en el vientre de un gran pez debido a su desobediencia. ¡Afortunadamente, tanto Jonás como Pablo se arrepintieron y se hicieron obedientes a la voluntad del Señor!

En el pasaje de Mateo queda claro que el juicio le sucederá a “esa generación”. específicamente a sus líderes, por falta de arrepentimiento ante el mensaje que Jesús trajo. Por otro lado, Nínive, un pueblo considerado mucho más malvado que el de Israel y sus líderes religiosos, y con menos “luz” de revelación divina, se arrepintió ante la señal y el mensaje de Jonás.

Así que Jesús, está dando una significativa “última oportunidad” de advertencia para aquellos que escucaron el mensaje (y lo harían después, a través de Sus discípulos) a creer y confiar en Él después de Su resurrección. Juan nos dice:

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado; peroel que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas (Juan 3:17-20).

La historia de Jonás, como gran parte del Tanaj (Antiguo Testamento), nos recuerda que las Escrituras, desde el principio hasta el final, señalan el plan redentor de Dios a través de Su Hijo, quien es el Mesías de Israel según las Escrituras. Debemos contarles a otros sobre la “señal de Jonás”, especialmente al pueblo judío (Romanos 1:16), mientras todavía haya tiempo.

Escrito por Jeff, staff de Life in Messiah


  1. ¿Intrigado por cómo el Tanaj presajia a Jesús? Visítanos en www.insearchofshalom.com.

  2. ¿Quieres seguir leyendo? Aquí hay otra buena lectura sobre el libro de Jonás: La transformadora gracia de Dios.

  3. Para conocer más sobre las enseñanzas de Jesús sobre las “señales de los tiempos”, revisa el episodio de Mateo 24 de El TŌV Podcast: Are These the Birth Pains of Messiah?


  1. Mateo 12:38-42; 16:1-4; Lucas 11:29-32.

  2. Jonás 1:10-12.

  3. Jonás 1:13.

  4. Jonás 1:14.

  5. Marcos 4:35-41.

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