La Pendiente Resbaladiza del Mérito Espiritual

 
 

La pendiente resbaladiza del mérito espiritual

La música en vivo captó nuestra atención mientras mi compañera de Life in Messiah y yo caminábamos fuera del centro de convenciones en el centro de Vancouver. Mirando a través de la plaza abierta, vimos a un enorme grupo de gente, desde niños hasta adultos de mediana edad, realizando un baile folklórico.

Con curiosidad, nos acercamos a su estante y rápidamente entablamos una conversación con un hombre y una mujer. Explicando de qué se trataba el grupo de baile, la pareja citó Hechos 2:44: “Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno”. Sonreían radiantes mientras desbribían su estilo de vida.

“Vivo en una casa junto con 50 personas más”, dijo el hombre orgullosamente. “Vivimos como la iglesia primitiva, compartiendo todas las cosas en común”.

La mujer sonrió gentilmente. “Estamos aprendiendo a amarnos mutuamente y a no ser egoístas”, dijo ella.

Con treinta segundos en esta conversación, mi compañera y yo ya estábamos seguras que estábamos hablando con miembros de un culto[1]. Nos explicaron cómo habían encontrado todas las respuestas en esta comunidad, cómo es que si hubieran sabido antes, no hubieran perdido sus hijos al mundo; cuán maravillosa era la vida ahora que la estában viviendo a la manera de Dios. A diferencia de la institución caída conocida como iglesia, su comunidad estaba siendo realmente lo que Dios siempre había querido que fuera la iglesia.

Escuchamos, y nos sentimos atrapadas, sabiendo que no podríamos decir nada para ayudarlos. Desde su perspectiva, nosotros éramos gente de afuera: personas caídas y engañadas que necesitábamos las respuestas que ellos ofrecían. Cuando hablábamos, el mundo hablaba a través de nosotros, y esta comunidad había dejado las cosas del mundo atrás.

Eventualmente, mi compañera y yo amablemente nos excusamos y reanudamos nuestra meta original de encontrar un lugar para comer.

El encuentro me dejó reflexionando cómo una idea directamente de la Biblia podría ser usada para crear algo que está mal. ¿Puede alguien que empieza con principios bíblicos terminar en el mismo lugar? Si es así, ¿cómo puedo yo (y otros en el ministerio) evadir cometer el mismo error?

Mientras investigaba el culto por las siguientes semanas, lo que me llamó la atención fue su interpretación de Hechos 2:44 como un imperativo – como el versículo para interpretar todos los demás, el principio para delinear fieles de caídos. Este grupo había olvidado la Fuente de la vida en su celo por un estilo de vida. Otra cosa diferente al Evangelio se había convertido en su brújula.

Todos los creyentes, incluídos aquellos involucrados en el ministerio a los judíos, debemos examinar nuestros corazones regularmente para asegurarnos que el evangelio permanece como lo principal. Yeshúa (Jesús) necesita ser el centro de nuestra vida diaria, nuestra vida espiritual, nuestro ministerio, nuestra teología, y nuestras motivaciones.

Como organización, Life in Messiah existe para alcanza al pueblo judío con el evangelio y para equipar a la iglesia para hacer lo mismo. ¿Nuestro mensaje? Que Dios ama y dese una relación personal con cada individuo, y que esta relación sólo puede suceder a través de Yeshúa[2]. ¿Nuestro enfoque? Queremos que todos escuchen el evangelio, pero tenemos una carga especial por el pueblo judío.

Hay un beneficio en comprender y apreciar el pensamiento, los valores y tradiciones judías; este entendimiento es clave para comunicar el evangelio con sensibilidad. Sin embargo, debemos estar alertas de no perder de vista al Mesías en nuestro amor por Su pueblo.

Como seres concretos viviendo en un mundo concreto, anhelamos certeza. Esta caracerística humana nos hace vulnerables a una rama particular de engaño que el legalismo, el Evangelio de la Prosperidad, y cultos religiosos comparten. Cada una de estas iteraciones presenta la fe como una receta divina, ofreciendo una lista de ingredientes e instrucciones paso a paso que, seguidas cuidadosamente, producirán el beneficio deseado: salud y prosperidad, hijos temerosos de Dios, puerza moral, etc.

Algunos de nosotros somos atraídos por la tradición y estructura de la cultura judía, que está impregnada en la tradición antigua. De hecho, celebrar Pascua, observar Shabbat, o asistir a una congregación Mesiánica puede impartir beneficios espirituales, y enriquecer nuestro entendimiento de la Escritura y del contexto en que fue escrita.

Sin embargo, no debemos confundir beneficio espiritual con mérito espiritual. Ser judío o estar conectado con la cultura y costumbres judías no nos brinda un favor extra con Dios. Referirnos a Dios por Su Nombre hebreo no nos acerca más a Él. Los creyentes judíos no son, de alguna manera, más salvos que los creyentes gentiles; todos somos salvos por la sangre del Mesías. Cada una de estas cosas buenas está subordinada a Dios mismo.

Dios le aclaró a Moisés que hacer a Israel Su pueblo escogido fue un acto de gracia. Dios le dijo a Moisés:

El Señor no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque el Señor os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el Señor os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto. Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos;(Deuteronomio 7:7-9).

El enfoque de este pasaje no está en quién es el pueblo de Dios, sino en quién es Dios: ¡Él es amoroso, Él es fiel, Él guarda Sus promesas por mil generaciones!

Dios no escogió al pueblo judío porque son especiales; son especiales porque Él los escogió. Tal como tú y yo (hablando como gentil) somos escogidos por Él. Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así andad en Él; firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en vuestra fe, tal como fuisteis instruidos, rebosando de gratitud (Colosenses 2:6, 7).

En Colosenses 2, Pablo deja claro que mantener a Jesús como el centro de nuestras vidas y creencias es vital para nuestra fe. Nos advierte a no ser cautivados por filosofías, engaños, tradiciones humanas[3], costumbres respecto a la comida, bebida, fiestas, el Shabbat[4], mandamientos, religión hecha por uno mismo, o acetismo[5], los cuales no tienen valor contra los apetitos de la carne (Colosenses 2:23). En cambio, él urge apasionadamente a sus lectores a asirse de la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por las coyunturas y ligamentos, crece con un crecimiento que es de Dios (Colosenses 2:19).

Cualquier cosa (buena o mala) que suplante a la Cabeza (Yeshúa) en nuestras vidas es un peligro para nuestras almas. Tan pronto como nuestros ojos se desvían del evangelio en favor de otra cosa buena, esa cosa buena se convierte en una trampa.

Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria (Colosenses 3:1-4).

Escrito por Miriam, Asistente de comunicaciones de Life in Messiah


  1. Lee todo Colosenses 2. ¿Qué estás tentado a priorizar por encima del evangelio? Ser conciente de estas tendencias personales nos ayuda en nuestras oraciones y a estar alerta.

  2. ¿Has visto a otros salirse de curso por algo que parecía bueno? ¿Qué Escrituras puedieran haberles ayudado a mantenerse enfocados en Jesús?

  3. ¿Qué te atrae al ministerio, y al ministerio a los judíos en particular? Pídele a Dios mantenerte en un amor centrado en el evangelio por aquellos que sirves.

  4. Ora por personas que están atrapadas en cultos religiosos. Pídele a Dios que les abra los ojos a la verdad, les provea sistemas de respaldo para ayudarlos a reintegrarse a la sociedad, y los lleve a una verdadera relación con Él.


  1. Para que esto no suene a un juicio rápido, desde entonces he investigado al grupo, confirmando mi impresión inicial de que son miembros de un culto. Su autoproclamada filosofía y prácticas encajan con la mayoría de las características del comportamiento de culto descritas por el experto en culto y coerción Dr. Janja Lalich.

  2. Juan 14:6.

  3. Colosenses 2:8.

  4. Colosenses 2:16,17.

  5. Colosenses 2:20-23.

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