¿Por qué el cordero?

 
 

Era una fría noche de Abril, y el salón del banquete estaba lleno. La miembro del staff de Life In Messiah, Rachel, se sentó en una mesa con sus amigas mayores Deborah y Lina, esperando que el Seder de la Pascua de Life In Messiah comenzara.

Aunque ambas hablaban un poco de inglés, estas inmigrantes judías de la antigua Unión Soviética necesitaban de un traductor para comprender al hombre que dirigía el evento. La narración de la historia del Éxodo empezó.

Todos sumergieron perejil en agua con sal para recordar las lágrimas del sufrimiento de Israel.

Degustaron el rábano picante para comprender la amargura de la esclavitud.

Saborearon el Jaroset (una mezcla de manzana con nueces) con miel para probar la dulzura de la redención venidera.

El líder alzó el hueso de cordero y explicó cómo el Templo en Jerusalén había sido destruído, forzando a las personas a reemplazar el cordero sacrificial con un hueso seco de la pata. Rachel observó a Deborah inclinarse hacia adelante, escuchando atentamente.

Rachel había conocido a Deborah y a Lina durante sus estudios Bíblicos universitarios. Como muchos estudiantes de ministerio, a Rachel se le había requerido participar en una asignación ministerial semanal. Ella eligió enseñar inglés a los ancianos con Life In Messiah.

Rachel amaba esta oportunidad para forjar relaciones con personas mayores durante sus días en la universidad. Ella recibió confianza y aceptación de inmediato debido a su relación con Life In Messiah, organización que había estado sirviendo en esta comunidad por más de dos décadas.

Después de su graduación, Rachel se unió a Life In Messiah de tiempo completo como Coordinadora de Mobilización. Ella todavía continúa invirtiendo su tiempo en las relaciones que ha desarrollado con estas queridas personas, disfrutando de su compañía y presentes de comida. Cuando ella visita a Deborah o a Lina, hablan de sus vidas y sus familias, y últimamente de la guerra en Ucrania.

Aunque Deborah y Lina tienen fuertes identidades judías, como muchos que se criaron en la antigua Unión Soviética, no son religiosas. Sin embargo están intrigadas por saber qué es lo que puede motivar a personas jóvenes como Rachel y otros compañeros a pasar cuatro años estudiando la Biblia.

Esa noche, mientras revivían la agonía y el éxtasis de la narración del Éxodo, Deborah y Lina se engancharon por completo. Deborah escuchó con particular intensidad las instrucciones de Dios acerca del cordero:

Sacad del rebaño corderos para vosotros según vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana. Pues el Señor pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el Señorpasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros (Éxodo 12:21- 23).

Mientras el Seder de Pascua concluía, Rachel comenzó a enviarle mensajes de texto al otro estudiante que las había llevado ahí, pero entonces Deborah cogió su brazo y le dijo: “Quiero preguntarle al rabí acerca del cordero”. Sujetándola más fuerte le enfatizó: “Necesito preguntarle, por qué el Cordero”.

Lina le pidió que no molestara a nadie, y que ya no hiciera esperar más a quien las llevaría a casa.

Sin embargo cuando Daborah vio una oportunidad, se movió rápidamente para hablar con el rabí, diciendole a Rachel: “Tú escucha, y luego me dices qué dijo”.

Así fue que le preguntó al que dirigió el seder: “¿Por qué un cordero y no una vaca o una gallina?”.

Él respondió hablándole del mandamiento de Dios a Abraham de sacrificar a su hijo, y de la provisión de último minuto de un carnero como sustituto. Le explicó cómo el cordero era una pieza clave de la historia judía durante la primer Pascua (cuando Dios había herido a los egipcios con una plaga final), y convirtiéndose después en el sacrificio diario en el Templo de Jerusalén.

Luego de agradecerle y despedirse, las tres subieron al coche. Mientras Rachel se colocaba el cinturón de seguridad, Deborah le dijo: “Muy bien, dime lo que dijo”.

Rachel respiró profundamente. Hizo el major esfuerzo por transmitir la explicación del líder en el inglés más sencillo, incluso buscando utilizar la palabra rusa para “chivo esxpiatorio”.

Deborah asentía impacientemente. “Yo sé chivo expiatorio. ¡Sigues sin respondar mi pregunta!”.

Rachel lo intentó de nuevo. “Tenía que ser así porque Dios lo había ordenado. Podía ser un macho cabrío de un año o un cordero, pero tenía que ser un animal inocente para pagar por sus pecados”.

De pronto, el ceño fruncido de Deborah se desvaneció. Sonrió. “¡Ahora lo entiendo!”, dijo. “Porque Dios nos ama tanto, Él eligió poner mis pecados en un cordero inocente”.

Se volvió hacia Lina explicándole su epifanía en ruso: Sólo había habido una manera en que los israelitas expiaran sus pecados: y esa era la manera de Dios. La irritación de Lina se disolvió; Rachel pudo notar que ahora estaba intrigada.

La siguiente semana Lina asistió a otro Seder de Pascua con sede en un seminario local. Mientras ella escuchaba cómo los símbolos de la Pascua presagiaban al Mesías, realizó muchas preguntas de sondeo, con sus ojos vivos de puro interés. Si bien ella no hizo más que realizar preguntas, *Samuel, el Israelí nacido en Ucrania que traducía para ella al ruso, consideró que ella está llegaría a conocer a su Mesías en cualquier momento…

Por favor ora por estas damas judías, a quienes Dios claramente está buscando. Pide al Señor que sus corazones se vuelvan a Aquél que ha amado fielmente y preservado a su pueblo por siglos. Ora para que el Señor abra sus ojos al Mesías, el Cordero cuya sangre expía nuestros pecado una sola vez y para siempre.

Escrito por Miriam, Asistente de Comunicaciones de LIFE


  1. ¿En qué relaciones con no- creyentes (judíos y gentiles) puedes invertir a largo plazo? En ocasiones toma años de confianza y amistad antes de que alguien se abra a escuchar del evangelio.

  2. Lee Hebreos 9:11- 28. En la Pascua, Deborah se dio cuenta de la verdad del versículo 22 – Sin derramamiento de sange no hay perdón. Lo que ella (aún) no entiende es que el cordero de la Pascua no es una solución permanente al pecado. Únicamente la sangre del Mesías judío tiene el poder de lavar para siempre sus pecados. ¿Has depositado tu fe en Jesús? Es la única manera para recibir perdón y vida eterna.


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