¿Quién es tu papá?

 
 

Todos aman una buena historia de orígenes. Quizás por eso las pruebas de ADN son tan populares hoy en día. Todos deseamos saber de dónde venimos. ¿Quién hubiera pensado que sólo por escupir en un tubo de ensayo la historia de nuestro propio origen pudiera ser revelada?

De niña estaba fascinada por quiénes eran mis ancestros. Le pedía a mis padres repetir la historia que les habían contado sus padres y antiguas generaciones.

En mis años en la primaria escribí un reporte sobre mi herencia. Esta fue una tarea fácil porque yo disfrutaba mucho este tópico. Estudiando, encontré que mis ancestros provenían de Francia, Finlandia, y que eran nativos americanos. Por el lado de mi mamá pudimos trazar nuestro linaje hasta el presidente Calvin Coolidge. Esos trocitos de información brillaron en la línea del tiempo de la historia de nuestra familia.

Pero a veces la información se puede perder en la traducción o los detalles familiares no tan bonitos se pueden olvidar. Encontrar la verdad a través de un historiador y haberla confirmado a través de una prueba de ADN puede ser impactante. Esto es lo que me pasó. A veces la historia familiar viene con algunas manchas oscuras.

La genealogía de Jesús en Mateo capítulo uno tiene muchos personajes ilustres pero también algunos horrendos. Un estudio reciente de 2 Reyes y 2 Crónicas me llevó cara a cara con algunas manchas oscuras de la herencia del Mesías. Aquí hay algunos ejemplos de los variados orígenes del tiempo de los reyes:

Acaz – “no hizo lo recto ante los ojos del Señor su Dios” (2 Reyes 16:2b).

Ezequías – “Él hizo lo recto ante los ojos del Señor” (2 Reyes 18:3a).

Manasés – “E hizo lo malo ante los ojos del Señor” (2 Reyes 21:2a).

Amón – “E hizo lo malo ante los ojos del Señor, como había hecho su padre Manasés.” (2 Reyes 21:20).

Josías – “E hizo lo recto ante los ojos del Señor y anduvo en todo el camino de su padre David; no se apartó ni a la derecha ni a la izquierda” (2 Reyes 22:2).

Estos ancestros del Mesías parecían “ir y venir” entre practicar la maldad y hacer lo bueno ante los ojos del Señor. Pero encontré la frase “como había hecho su padre Manasés” muy interesante.

Manasés practicó la brujería, la adivinación, el sacrificio de niños, y construyó altares a los demonios (2 Reyes 21:1- 11). Cuando su hijo Amón subió al poder después de la muerte de Manasés, él inmediatame lo siguió en sus caminos al sacrificar a los mismos ídolos, abandonando al Señor, y rehusándose a seguir los caminos del Señor (2 Reyes 21:19- 22). Parece ser que el padre dejó una terrible impresión en su hijo. Amón abrió la puerta a la maldad y ésta lo siguió en todas las áreas de su vida. A los dos años de su comenzar su reinado fue asesinado por sus propios oficiales. Su hijo, Josías, tenía sólo ocho años de edad cuando se convirtió en rey de Israel. ¿Seguiría Josías los caminos de su padre y abuelo?

La Escritura describe un camino diferente. Pero, ¿por qué? ¿Qué fue la única cosa que lo hizo diferente de su línea familiar?

Él escogió seguir al Señor y respondió sinceramente cuando fue presentado con la Palabra de Dios. 2 Reyes 22 documenta cómo el libro de la Ley es encontrado mientras los sirvientes de Josías están limpiando la casa del Señor. La Torá es traída al rey y leída en voz alta a él.

Josías responde al escuchar la Palabra de Dios rasgando sus vestidos en duelo, y derramando abundantes lágrimas (v. 11, 18, 19). En tiempos antiguos, rasgarse las vestiduras era una expresión pública y potente de lamento. Josías se lamentaba por la maldad que había tomado a la tierra y al pueblo de Israel… por el pecado de sus padres. Ellos habían transgredido grotescamente la Ley que les había sido dada.

Josías no pierde tiempo. Él inquiere sobre el Señor y comienza a reformar la nación destruyendo cada remanente de adoración idolátrica. Su vida entera es dedicada a servir al Señor y Sus propósitos, y a restaurar la tierra.

Y antes de él no hubo rey como él que se volviera al Señor con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés, ni otro como él se levantó después de él (2 Reyes 23:25).

El legado que Amón dejó a su joven hijo Josías fue de maldad venenosa. Pudo haber envuelto la vida de Josías, pero Josías escogió volverse al Señor y dirigir a la nación en la justicia delineada en el libro de la Ley.

Él escogió

Sin importar tu linaje, bueno o malo, tú puedes escoger hacer lo correcto. No tienes que seguir las pisadas de tu padre.

Pero hay Uno cuyas pisadas son dignas de tu obediencia. Él vivió una vida perfecta y se sujetó Él mismo al trabajo del perfecto Padre Celestial.

Jesús cumplió el Salmo 40:7,8:

Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón.

Entonces Jesús explicó: Mi alimento consiste en hacer la voluntad de Dios, quien me envió, y en terminar su obra (Juan 4:34 NTV).

Sin importer las “ovejas negras” enlistadas en Su sombría herencia, Jesús escogió enfocarse en complacer la audiencia de Uno.

De vuelta a mi árbol familiar, a mí me impactó encontrar unas feas ramas. Luego de la prueba de ADN, descubrimos que no éramos de Finlandia en lo absoluto, sino que ambos padres eran 50% irlandeses. Con este nuevo conocimiento un historiador fue capaz de rastrear mi familia unos pocos siglos atrás al castillo Auldbar en Escocia. Ellos eran conocidos como ladrones de caballos.

Siempre he amado a los caballos. No puedo decir que no he sido tentada a robar uno; afortunadamente he escogido seguir un camino diferente.

Escrito por Kori, staff de Life in Messiah


  1. ¿Qué impacto tienen tus orígenes del pasado en tu presente?

  2. ¿Te has detenido a pensar acerca de cómo los ancestros de Jesús fueron todos predominantemente judíos, con la excepción de unas pocas mujeres gentiles? ¿Leerás Su genealogía a menudo hojeada en Mateo 1:1-11?

  3. ¿Qué legado dejarás a las generaciones que te seguirán? ¿De qué maneras hoy estás edificando intencionalmente en las vidas de los jóvenes?


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