Reflexiona. Descansa. Levántate.

 
 

Reflexiona, Descansa y Levántate

Mi papa lo llamaba “quemar la vela por los dos lados.”

“Te vas a quemar.” Decía él.

Esta frase idiómatica del siglo XVII era una indicación de que alguien estaba siendo derrochador. En aquellos días, las velas eran costosas así que se necesitaban usar muy escasamente. Luego, la vela llegó a simbolizar la fuerza en la vida de alguien y consumirla por los dos lados siginicaba gastarla derrochadamente y a un ritmo muy rápido.

En la narración de la creación, vemos al Todopoderoso separar la oscuridad de la luz:

Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.  Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y fue la tarde y fue la mañana: un día.(Génesis 1:3-5)

Es el versículo cinco el que me intriga. “Y fue la tarde y fue la mañana: un día.” ¡El período de 24 horas comenzaba cada día en el crepúsculo, al atardecer!

Desde mi lente Occidental el día comienza cuando mis pies tocan el suelo al amanecer y termina cuando el sueño por fin encuentra mis ojos. Pero desde el principio, el día ha comenzado cuando ya nos estamos subiendo a nuestra cama. Esta idea fue casi dolorosa de tomar. Y lastimó mi cerebro. He vivido desde este punto de vista por 40 años. Mientras luchaba con el concepto, ¡me di cuenta de lo misericordioso y lleno de gracia que es nuestro Creador!

Él desea que vivamos una vida desde un lugar de descanso diario. Él quiere que empecemos cada mañana con un excedente.

Mientras la historia de la creación continua, vemos que esta frase se repite cada día; “Y fue la tarde y fue la mañana: el _______ día.” El nuevo día es recibido al atardecer.

La culminación sucede en el séptimo día:

Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho.  Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que Él había creado y hecho. (Génesis 2:1-3)

El intrincado trabajo de la creación duró seis días completos. En aquella tarde mientras el sol se ponía, Dios había puesto Sus últimos toques sobre la corona de la creación, la humanidad.

Al ponerse el sol, Su trabajo cesó.

Él descansó. Él disfrutó todo lo que había hecho. Fue un día de contemplación, gozo y shalom.

La tendencia a sobrecargarnos de trabajo es común, así que no es de sorprenderse que las primeras páginas de la Escritura nos instruyan a seguir el ejemplo del Creador de shavat (palabra hebrea para descansar, reposar) en el séptimo día. Como uno de los Diez Mandamientos, siempre me pareció el menos ofensivo, más como una sugerencia que un mandamiento.

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo.” (Éxodo 20:8)

Todo mundo tiene límites. Estamos hechos a la imagen de Dios. Él tiene límites también. Cuando Él instituyó el Shabbat, era un tiempo semanal para reposar…para descansar. Eso es lo que Shabbat significa: detenerse.

Aún la luna gobierna la marea en el océano y le dice que no siga, que se detenga. Cuánto más el Señor del Shabbat. Es Su regalo para nosotros para protegernos y sustentarnos.

¿Y si el descanso fuera nuestra más grande arma y nuestro mejor aliado? ¿Cómo sería diferente la vida si dejáramos que Sus ritmos de descanso y despertar fueran los nuestros?

La comunidad del siglo XVII comparaba el valor de la humanidad con un recurso precisoso como lo era el de la vela, un portador de luz. Antes de la facilidad de la electricidad, las velas eran una mercancía muy preciada. Mientras la oscuridad del anochecer caía, éstas eran encendidas, y nuevos días comenzaban con lecturas, escrituras, y diarios escritos a la luz de una vela.

Encender una vela por los dos lados era un despilfarro y algo necio. ¿Cuánto más vales tú que una vela?

La fuerza de tu vida es un regalo del Creador, y es preciosa para Él.

Él nos valora. Él nos ama y quiere que prosperemos.

Él quiere que teminemos nuestro trayecto bien pero eso significa que nos detengamos cuando sea apropiado.

“Si el hierro está embotado y él no ha amolado su filo, entonces tiene que ejercer más fuerza;
la sabiduría tiene la ventaja de impartir éxito.”
(Eclesiastés 10:10)

Escrito por Kori, Staff de Life in Messiah


  1. ¿Tus últimas semanas han estado marcadas por descanso intencionado o por quemar la vela por los dos lados?

  2. ¿Cómo se vería si un día de esta semana dejaras a un lado los correos, trabajo…incluso tu teléfono, y te enfocaras en el Señor y en aquellos que amas?

  3. ¿Quieres leer más? Aquí hay un link para otro blog que escribí sobre el mismo tema: https://lifeinmessiah.org/blog/shabbats-shadow.


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