Momento de tomar una posición

 
 

Una turba enfurecida ataca en un aeropuerto ruso a unos pasajeros judíos recién llegados. Estudiantes de la Universidad Cornell alientan la violencia contra compañeros judíos. Misiles bombardean el Estado Judío mientras millones aplauden. Personas judías alrededor del globo son etiquetados, amenazados y atacados.

Políticos, economistas, abogados, doctores y otras personas educadas que deberían saber mejor -incluyendo personas que declaran seguir a un Salvador Judío – están dispuestos a ser usados por el enemigo de Dios para tratar de aplastar a la niña de Su ojo (Zacarías 2:8). Tristemente, la lista de asaltos podría seguir.

Esto no es 1938. Pero lo que estamos observando es una reminicencia de aquel tiempo en el que el mal estaba al alza.

Aunque han pasado décadas desde aquellos oscuros días, es más claro que nunca que los Nazis fueron utensilios voluntarios del archi enemigo de la humanidad, satanás. El espíritu tenebroso detrás del partido Nazi de Hitler, tal como animando el espíritu detrás de Amán y Herodes de antaño, es el espíritu del antisemitismo.

Ese mismo espíritu de odio, desafortunadamente, es muy observable en Hamás, Hezbollah, y otros de su tipo hoy. El Enemigo está buscando por más utensilios dispuestos para ser llenos con furia iracunda contra el pueblo judío.

¿Qué se debe hacer?

Si tú eres creyente en el Mesías Judío y atesoras la Biblia (un libro judío) con todo tu corazón, no debes permanecer en silencio mientras el pueblo judío está experimentando tal tribulación. Dios escogió al pueblo judío para escribir y preservar las Escrituras. A través del pueblo judío Él envió al Mesías. Y Él prometió que regresará a rescatar al pueblo judío de sus enemigos reunidos un día (Zacarías 12 y 14, por ejemplo).

No existe mayor evidencia de un creyente que amar las cosas y las personas que nuestro Señor mismo ama (Jeremías 31). Y no hay mayor evidencia de un corazón malvado que odiar y oponerse al pueblo a quien Dios ha escogido y quien son tan cercanos y queridos a Él. Él es el Dios de Israel, después de todo.

El tiempo para levantarse es ahora. El tiempo para hablar es ahora.

Silencio en la cara del antisemitismo es ensordecedor. Inacción en la cara de la maldad es inexcusable.

No te encuentres en el lado equivocado de la historia. O peor, en el fin incorrecto de Génesis 12:3, donde Dios le prometió al padre de la nación judía, “Bendecidré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré”.

Escrito por Levi, Director Ejecutivo de Life in Messiah

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