¡Vaya, estoy siendo humilde!

 
 

En Cartas del diablo a su sobrino, C. S. Lewis imagina una correspondencia entre Escrutopo, un demonio mayor, a su sobrino Orugario, un demonio en entrenamiento. Escrutopo le escribe a su sobrino:

Tu paciente (a quien Orugario había sido asignado para tentar) se ha hecho humilde: ¿le has llamado la atención sobre este hecho? Todas las virtudes son menos formidables para nosotros una vez que el hombre es consciente de que las tiene, pero esto es particularmente cierto de la humildad. Cógele en el momento en que sea realmente pobre de espíritu, y métele de contrabando en la cabeza la gratificadora reflexión: "¡Vaya, estoy siendo humilde!", y casi inmediatamente el orgullo —orgullo de su humildad— aparecerá. Si se percata de este peligro y trata de ahogar esta nueva forma de orgullo, hazle sentirse orgulloso de su intento, y así tantas veces como te plazca.

No sé tú, pero yo definitivamente he atravesado por este ciclo ridículo. Me obligó a aceptar que nunca puedo simplemente ser humilde por mera fuerza de voluntad. Puedo realizar un acto de amabilidad o forzarme a ser paciente, pero no hay nada que pueda hacer para imponer humildad sobre mí, y es imposible fingirla. La humildad es un fruto del Espíritu que sólo Él puede cultivar en nosotros.

Es también una virtud importante a tener en el ministerio a los judíos. En la conferencia cuatrianual de Life in Messiah durante el verano, escuché un montón de historias de personas con décadas de experiencia en el campo. Estaba familiarizada con el hecho de que, especialmente entre ultra ortodoxos, hay oposición a aquellos que intentan compartir el Evangelio con judíos (tanto como con cualquier otro grupo). Pero mientras escuchaba las historias de la gente experimentada del staff de Life in Messiah, estaba impresionada por su tranquilidad mientras recordaban las piedras que les arrojaban al hacer evangelismo en Israel, o de su autobús rodeado por una multitud enojada que sabía que ese grupo de norteamericanos no eran turistas ordinarios.

Estos son casos extremos, por supuesto. Estar en el ministerio a los judíos usualmente no es un llamado peligroso. Aún así, luego de escuchar esta clase de rabia u hostilidad que el staff de campo puede encontrar en ocasiones cuando están buscando alcanzar judíos, me tuve que preguntar si estaría dispuesta a enfrentar las mismas cosas por el bien del Evangelio.

No es sólo temor al hombre lo que me hace titubear; es el pensamiento de ser injustamente menospreciada o amenazada a causa de lo que creo. No quiero ser maltratada o rechazada sin más; quiero que los demás me brinden el respeto y la dignidad a la que todos los seres humanos tienen derecho.

C.S. Lewis debió pensar mucho en la humildad. En Mero Cristianismo él escribe: “Un verdadero hombre humilde… no estará pensando en la humildad; no estará pensando en sí mismo en lo absoluto”.

Mis compañeros de Life in Messiah saben cómo dejar ir pensamientos egocéntricos y enfocarse en Dios y en la gente que Él ama y que aún no le conoce. Pueden enfrentar el ridículo, enojo, o la simple curiosidad divertida, porque saben que hay algo por lo que vale la pena lucir como un tonto.

En 1 Corintios 4, Pablo escribió a la iglesia de Corinto:

Porque pienso que Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles en último lugar, como a sentenciados a muerte; porque hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, tanto para los ángeles como para los hombres. Nosotros somos necios por amor de Cristo, mas vosotros, prudentes en Cristo; nosotros somos débiles, mas vosotros, fuertes; vosotros sois distinguidos, mas nosotros, sin honra. Hasta el momento presente pasamos hambre y sed, andamos mal vestidos, somos maltratados y no tenemos dónde vivir; nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; cuando nos ultrajan, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; cuando nos difaman, tratamos de reconciliar; hemos llegado a ser, hasta ahora, la escoria del mundo, el desecho de todo… Por tanto, os exhorto: sed imitadores míos.

Quizás la clave de la humildad es entender que todo lo que sufrió Pablo en beneficio del Evangelio lo valía, porque era para el servicio de Dios y para Su gloria.

Escrito por Miriam, Asistente de Comunicaciones de Life in Messiah.


  1. ¿Estás dispesto a soportar el ridículo, hostilidad, o incluso persecusión por el bien del Evangelio, si el Señor te lo pidiera?

  2. ¿Qué paso puedes dar para enfocarte menos en ti mismo en este 2023?

  3. ¿Qué porción de la Escritura te has comprometido a memorizar que te pueda animar a tener la mente del Mesías (por ejemplo, Filipenses 2:3- 5) y una apropiada perspectiva de uno mismo (Romanos 12:3)?


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