Alrededor de la mesa de Pascua

 
 

Mucha de nuestra vida pasa alrededor de la mesa: festividades, cumpleaños, cada comida, y ocasiones especiales. Mi escena favorita es cuando mi mesa está llena, especialmente cuando necesito encontrar una silla extra o expandir la mesa para acomodar a más.

Mi máxima felicidad es cuando mi mesa está llena con las risas e historias de mis hijos, voces familiares de amigos, y deliciosa comida.

Reconozco que compartir los alimentos es de valor para el Señor también. Las Escrituras nos revelan que esto es un aspecto importante del corazón del Padre. En tiempos bíblicos, compartir una comida era una expresión de profunda amistad e intimidad. Mostrar hospitalidad significaba traer lo mejor a la mesa, una expresión de bondad. Esto creaba un lazo de amistad entre aquellos que participaban de la comida.

Cuando estudio la Pascua[1], no me puedo sacudir el sentimiento de emoción. Por toda la Escritura el Señor instituyó un ciclo anual de fiestas y celebraciones que tomarían lugar alrededor de la mesa. Pude entender el significado de estos momentos para el corazón de Dios.

“Recuerda”, diría el Señor.

Cada festividad bíblica tenía una  lista asignada de detalles que necesitaban ser seguidos, incluídos la fecha y tiempo. Las temporadas serían grabadas en las mentes de niños pequeños así como de ancianos. Por ejemplo, Pascua cae en la cúspide de la primavera (el 14 de Nisán). Justo cuando las cosas comienzan a florecer y a calentarse, la familia limpia toda la casa de levadura en preparación para la festividad.

La comida de Pascua involucra todos tus sentidos. Oler la comida de Pascua cocinándose. Escuchar las bendiciones y canciones específicas para Pascua. Ver las apariencias familiares de la mesa de Pascua en un arreglo festivo. Sentir el crujir del matzá y el agua fría cuando lava nuestras manos. Saborear los sabores contrastantes de las hierbas amargas y del dulce jaroset. La Pascua es un carnaval sensorial para aquellos que la celebran.

La temporada de Pascua es una fiesta muy importante en el calendario bíblico y prestar suma atención a los detalles es imprescindible. La comida festiva tiene un orden específico que comienza al caer la noche, de acuerdo a la tradición judía. Los alimentos son comidos en un orden preescrito, del cual hay 15 pasos:

  1. Kadesh – Santificación de la ocasión.

  2. Urjatz – Lavado de manos.

  3. Karpas – Comer las hierbas verdes.

  4. Yajatz – Rompimiendo el matza de en medio.

  5. Maggid – Relatar la historia.

  6. Rajtza – Lavado de manos.

  7. Motzi – Bendición del pan.

  8. Matzá – Bendición del matzá.

  9. Maror – Bendición de las hierbas amargas.

  10. Korej – Comer el matzá y las hierbas amargas.

  11. Shulján Orej – La cena.

  12. Tzafun – Comer el afikomen.

  13. Barej – Recitar la bendición.

  14. Hallel – Recitar los salmos.

  15. Nirtzá – Clausura[2].

Estos tiempos prescritos son citas que el Todopoderoso hizo con Su pueblo. Sentarse en un Seder de Pascua es un acto de adoración. Cada elemento en el plato de seder simboliza algo mayor, enseñando al participante a recordar cómo el Señor los liberó de la esclavitud. La historia de la liberación de Israel está tejida a través de los elementos y fluye en la cena del seder.

Por ejemplo, el matzá (pan sin levadura plano) es un recordatorio de cómo los hijos de Israel no tuvieron tiempo para dejar que el pan leudara cuando abandonaron Egipto.

Las hierbas verdes simbolizan el hisópo (ramas de arbusto) usados para aplicar la sangre del cordero en los postes y el dintel de la puerta para que el ángel pasara de largo.

Las hierbas amargas así como el rábano picante se consumen, dejando a los invitados en lágrimas, para recordar las amargas lágrimas derramadas por el pueblo judío durante su esclavitud en Egipto.

El doctor Frutchenbaum comenta acerca del afikomen:

A través de los siglos, el pan sin levadura se convirtió cada vez más en el símbolo clave para la Pascua. Eventualmente, una pequeña pieza de pan sin levadura conocida como el afikomen era el último bocado comido en el seder, un recordatorio simbólico del cordero pascual. Algunos judíos recitan “En memoria del cordero pascual”, mientras comen el afikomen[3].

Mi estudio de la Pascua me dejó preguntándome cómo habrá sido sentarse en la Pascua que Jesús dirigió para Sus discípulos justo unas horas antes de Su arresto y crucifixión. La Escritura pinta una imagen de esa tarde y cómo Jesús apuntó a un mayor simbolizmo en Su mesa de Pascua.

Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con Él los apóstoles, y les dijo: Intensamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios. Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios. Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros (Lucas 22:14-20 - énfasis de la autora).

El Hijo de Dios estaba ansioso por sentarse a la mesa de Pascua hace 2,000 años para entrar en comunión íntima con Sus discípulos. Él les reveló el propósito de esta cena. Él estaba a punto de ofrecerse a Sí mismo como el Cordero de Dios que nos liberaría a todos del cautiverio espiritual. Y Su sangre, cuando la aplicamos por fe en nuestros corazones, causaría que el ángel de la muerte nos pasara de largo.

Él trajo lo absolutamente mejor de Él a la mesa. Su hospitalidad es una gran imagen de Su bondad. El lazo creado fue mas fuerte que la muerte.

Pronto veremos una mesa puesta delante de nosotros por el Mesías (ver Apocalipsis 19:9, Mateo 26:29). Él nos llamará para acercarnos y cenar con Él por la eternidad. Él también desea que Su mesa esté llena, con Sus hijos en a casa.

 Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).

Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad (1 Corintios 5:7, 8).

Y del trono salió una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, los que le teméis, los pequeños y los grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía: ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado (Apocalipsis 19:5-7).

Escrito por Kori, staff de Life in Messiah


  1. ¿Te está impulsando el Señor a invitar a alguien a tu mesa?

  2. ¿Qué tan anhelante esperas cenar con el Mesías por la eternidad?

  3. ¿Quiere saber más acerca de Pascua? Aquí hay algunos recursos complementarios que puedes obtener para comenzar: : https://lifeinmessiah.org/interactive-seder.


  1. Este blog aborda la festividad bíblica de la Pascua, basada en Éxodo 12, la cual es celebrada en el mundo judío; no nos referimos a lo que en Latinoamérica se conoce como la “Semana de Pascua”.

  2. Arnold Fruchtenbaum TH.M.,PH.D., The Feasts and Fasts of Israel, page 48

  3. Arnold Fruchtenbaum TH.M.,PH.D., The Feasts and Fasts of Israel, page 40

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