Ana, la primera embajadora de Jerusalén

 
 

Lo que Simeón dijo, Ana lo esparció

El mes pasado, examinamos el enriquecido anuncio profético de un hombre devoto llamado Simeón (Algo que Simeón dijo)[1]. Él dijo estas palabras en Jerusalén cuando Jesús fue presentado en el Templo por sus padres terrenales de acuerdo a la Ley. Este mes vamos a ver a otra sierva de Dios muy especial. Ella fue la primera en esparcir las maravillosas noticias que Simeón proclamó.

El nacimiento

Anunciado por ángeles. Atestiguado por pastores[2]. Honrado por hombres sabios gentiles[3] quienes vinieron de lejos. Predecido como un milagroso nacimiento virginal[4]. El Mesías de Israel, desde el principio fue identificado como Aquel que venía a redimir no sólo a Israel sino a todo aquel que creyera en Él e invocara Su Nombre. Fuera judío o gentil, hombre o mujer, de un status social alto o bajo – ¡todos tendrían acceso a la salvación que Él ofrece gratuitamente!

La primera embajadora de Jerusalén

Qué perfecta elección para el primer embajador de Jerusalén de esparcir las nuevas de Aquel que traía las Buenas Nuevas. Una viuda de 84 años llamada Ana[5], una profetiza judía, había dado totalmente su vida para servir al Dios de Israel. ¡Ella adoraba y oraba día y noche en el Templo! Lo que el pueblo de Dios estará haciendo por la eternidad, Ana lo estaba haciendo cuando el Mesías nació.

La respuesta de un corazón totalmente dedicado a Dios

Tras años de orar, adorar, y ayunar, ahora el corazón regocijado de Ana causaba que su boca hablara de este Niño especial a todos aquellos que estaban esperando la redención de Israel. Ana esparció las noticias acerca de Jesús porque reconoció que las palabras dichas por Simeón eran verdad. Su vida estaba dedicada a adorar, orar y enfocarse en Dios, haciéndola una vasija sabia y con discernimiento, adecuada para ser usada por Dios para Su gloria.

Qué ejemplo de amor verdadero

El matrimonio terrenal de Ana duró tan sólo siete años hasta que su esposo falleció. No sabemos nada de su esposo, pero vemos que su pérdida terrenal no la aprisionó en una existencia de pesar. Ella no fue abrumada por el vacío causado por la pérdida de su esposo. En lugar de eso, ella se enfocó en su relación con Dios. Mientras Él consumía todo su pensamiento, seguramente su alma se elevaba al punto de que su pena se alivió. Las preocupaciones de esta vida fueron opacadas por su inmersión en el servicio al Dios que se conviritió en el foco de su vida.

Lecciones que podemos aprender de Ana

A veces las personas que han venido a conocer a Jesús como su verdadero Mesías, el Hijo de Dios, son acusadas, hablan mal de ellas, o les lanzan falsas acusasiones – especialmente si ellos proclaman que Jesús es el Mesías del pueblo judío.

Pero, ¿cómo podría alguien cuya vida ha sido transformada por el Salvador permanecer callado? Tal como Ana, tras escuchar y comprender el mensaje que Simeón dio, que nosotros también seamos llenos de un inexpresable y glorioso gozo al recibir la meta de nuestra fe: la salvación de nuestras almas[6].

Cuando hay una pérdida, también puede haber una ganancia

Otra lección que podemos aprender de Ana es que cuando experimentamos la dolorosa pérdida de alguien a quien amamos entrañablemente, podemos correr hacia nuestro Dios y llevar nuestro dolor a nuestro Sumo Sacerdote, Jesús, el Hijo de Dios[7]. Podemos acercarnos a nuestro Padre más que nunca.

Nos encantaría hablar contigo acerca de lo que Simeón dijo y luego Ana esparció.

El Señor usa la vida de Ana para darnos una imagen de una vida dedicada a Dios. Ella nos muestra que una edad avanzada y las dificultades de la vida pueden ser superadas cuando Jesús es nuestra vida. Tener un corazón dedicado a Dios es conocer al Padre y eso viene a través de conocer al Hijo[8].

Escrito por Jeff, staff de Life in Messiah


  1. ¿Sigues buscando a Aquel que trae redención a Israel y al mundo? Encuentra evidencia de el carácter mesiánico de Jesús en www.insearchofshalom.com.

  2. ¿Has encontrado ya al Mesías prometido, Jesús, y has creído en Él, pero tienes necesidad de oración y aliento porque tú, como Ana, has sufrido alguna pérdida? Si es así, por favor contáctanos; nos gustaría orar por ti.

  3. ¿Hay alguien en tu vida que recientemente ha sufrido una pérdida dolorsa de algún ser amado? ¿Querrá el Señor que le busques con una amorosa palabra de consuelo y para ofrecerte a orar por su consuelo?


  1. https://lifeinmessiah.org/blog-es/algo-que-dijo-simeon

  2. Lucas 2:8-15

  3. Mateo2:1-11

  4. Isaías 7:14; Mateo 1:23

  5. Lucas 2:36-38

  6. 1 Pedro 1:8, 9

  7. Hebreos 4:14-16

  8. Lucas 10:22

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