Corazón Pródigo

 
 

En esta época del año en Norte América, comenzamos a ver pájaros haciendo su migración al sur para climas más cálidos. Ver esto siempre me causa una pequeña punzada de dolor. El clima frío está sobre nosotros y las incógnitas del clima invernal incitan cierta ansiedad.

Es una locura que ver unas peuqeñas y aladas criaturas en formación V puede causar tal montaña rusa de emociones y pensamientos. Por otro lado, cuando el invierno está desapareciendo, el hielo se derrite, y se ve la formación V en el celo, eso trae ESPERANZA a mi alma. Es una señal de que las estaciones estan cambiando, yb los pájaros están volviendo a casa.

El Domingo pasado me encontraba con mi congregación para adorar. El equipo de adoración estaba dirigiendo un excelente conjunto de cantos, pero mi corazón estaba profundamente en reflexión y oración en silencio. Mi alma estaba intercediendo por mi hijo adulto quien ha estado alejado en todos los aspectos.

“¡Oh, SEÑOR, ten misericordia! Trae de vuelta a mi hijo”. Mis palabras eran pocas pero llenas de pena y anhelo.

Yo sabia que no podia ser el único en esa habitación pensando de esta manera. Como el Espíritu Santo me incitara, comencé a orar por cada familia ahí que estaba en dolor por tener un hijo pródigo.

En ese momento silenciosos, el Señor abrió mi corazón para entenderlo.

Él entendía el profundo pesar y la congoja que viene de tener un hijo pródigo. Él vino a Su propio pueblo y fue rechazado por la mayoría[1]. Fui llevado a orar por el hijo pródigo Israel.

El pueblo judío es muy parecido a la hisotria del Hijo Pródigo.

Ellos han rechazado al Padre[2], y han partido para seguir su propio camino[3].

Salí de la iglesia ese día sabiendo que Dios había escuchado mis oraciones y compartido mi pena. No fue una solución rápida para mi alma acongojada, pero me sentí visto y oído por Uno que entró en mi sufrimiento.

La Escritura nos dice cómo se sintió Jesús desde el rechazo inicial por parte de la generación que atestiguó Su visitación. “Cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella…” (Lucas 19:41).

Esta palabra, “lloró”, en el griego es “klaiō”[4]. Significa sollozar o lamentarse en voz alta. Esto no era como mis lágrimas silenciosas en un domingo en la mañana. Esto era el llanto de alguien en profundo dolor y duelo.

Mateo describe la narrative como sigue “¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37).

Jesús nos da una imagen vívida de lo que anhelaba proveer a Su pueblo. Lo comparó con la seguridad y el confort que una gallina provee para sus polluelos.

Escuché la historia de un granjero que se resguardo durante una tormenta de granizo. Una vez que la enfurecida tormenta pasó, fue al Granero para analizar el daño. Para su sorpresa, encontró que una de sus gallinas había sido atrapada durante la tormenta fuera del granero. Tristemente, la gallina habpia muerto, pero cuando levantó su cuerpo sin vida del suelo, encontró a todos sus polluelos a salvo debajo de ella. Su cuerpo los protegió de la enfurecida tormenta de granizo.

Esta es la imagen que el Mesías trataba de transmitir a Su pueblo. Se estaba ofreciendo a Sí mismo como escudo para la nación.  El rechazo nacional de Israel por esa generación rompió el corazón del Mesías. Lloró en voz alta.

Afortunadamente hubo aquellos que reconocieron a Jesús como el Mesías prometido y la iglesia nació de judíos y gentiles durante los días que siguieron. “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios” (Juan 1:11-13).

Dios entiende los corazónes de aquellos esperando por hijos pródigos que vuelvan a casa porque Él también está esperando. Mi oración es que Israel haga un retorno nacional al verdadero Mesías -como un pájaro se dirige a casa por la migración.

En cuanto a mis propios polluelos, los he confiado en las manos del Padre y espero expectante.

“Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó” (Lucas 15:20b).

Escrito por un staff de Life in Messiah


  1. ¿Has experimentado (en el pasado o en el presente) el punzante dolor del alejamiento de un padre o un hijo? ¿Cómo habla a tu corazón la historia bíblica del hijo pródigo?

  2. ¿Luchas con la tensión causada por aquellos que dicen que creen en Dios pero no aceptan a Jesús como Salvador y Señor? ¿Qué Escrituras les señalarías?

  3. Considera aññadir una petición por el arrepentimiento nacional de Israel a tu intercesión por miembros de la familia que se han extraviado de la fe.


  1. Me refiero al tiempo cuando Jesús vino a la tierra y era rechazado, amplia y generalmente por la comunidad judía. Es importante notar que no todo el pueblo judío lo rechazó. Los discíúlos y apóstoles eran judíos y creyeron en Jesús (a un gran costo). No obstante, a nivel nacional, el liderazgo y la comunidad judía rechazaron las declaraciones de Jesús de ser Dios. Hoy, el pueblo judío es considerado un grupo étnico no alcanzado, ya que menos del uno por ciento cree en el Mesías judío Jesús.

  2. El pueblo judío puede ser hallado en todo el espectro de la religión, desde ateos ardientes (materialistas seculares, humanistas) hasta adherentes ultra ortodoxos meticulósamente observantes a la tradición rabínica. Las oraciones judías pueden estar dirigidas a “Avinu, Malkenu” (nuestro Padre y nuestro Rey). Entonces, ¿en qué sentido diríamos que los judíos practicantes han rechazado a Dios Padre? En Juan 8:19, Yeshua declaró a los líderes religiosos de Israel: “No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre”. Además, les dijo: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:29). También enseñó a sus discípulos: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6). Rechazar al Hijo en última instancia significa rechazar también al Padre.

  3. https://www.blueletterbible.org/lexicon/g2799/nasb20/mgnt/0-1/.

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