Cuando el Día de las Madres duele

 
 

En mi vecindario, la iglesia de la esquina tiene una tumba en el patio, “En Memoria de los No Nacidos”. Las flores siempre se plantan frescas en cada Día de las Madres. La tierra está húmeda por las lágrimas.

Una querida amiga solía pararse en el pasillo de su casa, viendo hacia una recámara vacía. Ella podía imaginar la recámara en luz cálida, pintada de un fresco color pastel con una mecedora y los dulces sonidos de un bebe llenando el espacio. La imagen es tan fuerte que casi podría tocarla, pero varios intentos fallidos de FIV han dejado la recámara vacía con la puerta cerrada.

Otra dulce amiga se llena de niños en casa. Su corazón está tan cargado con preocupación y decepción en su rol como madre. “¡Soy un fracaso!” dice. “La maternidad es demasiado para sobrellevar. Estoy arruinando a mis hijos”.

Un día en el calendario puede causar una marea de emociones dolorosas:

  • Cuando la entrada está vacía en el Día de las Madres porque tus hijos no vinieron a visitarte.

  • El dolor de saber que jamás tomarás la mano de tu mamá en este lado de la eternidad se enciende de nuevo en tu corazón.

  • Tu largamente anhelado deseo de tener hijos nunca se realizó - por cualquier razón.

  • Tu propia madre nunca fue un lugar seguro; sus palabras lastimaron profundamente, y sus manos brindaban miedo si te tocaban.

Las tarjetas Hallmark no siempre están cerca de hablar la verdad – a veces el Día de las Madres puede herir.

En el calendario judío un día para honrar a las madres cae en el 11 de Jeshván (Octubre/Noviembre). Este día conmemora la muerte de Raquel. La narrativa bíblica habla de una mujer en profundo caos en todas sus relaciones. Su padre le dio al hombre que amaba a su hermana Lea como su esposa. Luego ella es dada a Jacob también en un matrimonio polígamo. La historia cuenta que Lea comienza a dar a luz a Jacob muchos hijos mientras que Raquel permanece esteril.

La lucha es tangible cuando leemos “Pero viendo Raquel que ella no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y dijo a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero” (Génesis 30:1).

Podemos sentir la agonía en su declaración. Esta desesperación la llevó a complicar más las cosas al darle a Jacob su sierva para que tuviera hijos con ella en su nombre. Esta rivalidad entre hermanas continó por años. Eventualmente, por la providencia de Dios, Raquel concibió y dio a luz a José. Años después volvió a concebir pero murió al dar a luz a Benjamín.

La vida de Raquel significa la fatiga de una mujer que viene por vivir en un mundo caído. No es de sorprender que la comunidad judía reconoce un día en el calendario par honrar a las mamás en el aniversario tradicional de la muerte de Raquel.  Su vida y lucha es compartida por muchas.Génesis 3:16 es un conocido pasaje que explica las consecuencias del pecado y cómo operan en la vida de las mujeres. A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.

Un catedrático de Hebreo explica que la maldición “en gran manera multiplicaré tu dolor” va más allá del alumbramiento solo y engloba toda la experiencia femenina.

Si nos basamos en el significado de ‘etseb (avy) en otras partes en el Antiguo Testamento, Génesis 3:16 se refiere a la agonía, privaciones, temor, y ansiedad de las circunstancias en que los hijos son concevidos, nacidos, y criados, y en las que mueren… este es el mismo claro significado de las palabras cuando se describe el trabajo del hombre en el campo en el siguiente versículo (Gn. 3:17)[1].

La traducción y explicación hace mucho sentido en vista de todas las mujeres. Esto engloba a las esteriles, relaciones rotas asociadas con la familia, el trabajo de criar hijos, y la pérdida. Las malas noticias es que el pecado entró en el mundo a través de la desobediencia en el Jardín y las consecuencias son dolorosas para todos nosotros.

No ha un solo día que pase sin que yo no esté conciente de las profundidades de la depravación que ha venido desde la caída. Ésta permea en mis relaciones y mi vida. Pero las buenas noticias son: hay un Redentor.

Cuando Jesús entró en el espacio y tiempo, Su Muerte en la cruz y Su Resurrección rompieron el poder de la maldición. Ahora cuando enfrentamos la agonía y las relaciones rotas, o la terrible pérdida, puedo voltear a Él y preguntar: “¿Cómo estás redimiendo esto?”.

Lo maravilloso acerca de Jesús es que Sus promesas son confiables. La Escritura nos dice: “Él ha hecho todo hermoso a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones” (Eclesiastés 3:11ª).

La promesa nos recuerda que el tiempo está involucrado cuando esperamos que el Señor obre a nuestro favor. Él hará todo hermoso en su tiempo. Esto require fe y paciencia de nuestra parte.

Así que cuando las fechas en el calendario busquen quebrarte, voltea al Redentor y lamenta el dolor y la desazón, porque Él ha visto tu aflicción. Derrama tu corazón en Él. Luego confía en su amor infalible. Él está trabajando en colocar todas las cosas para bien.

¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré. He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado; tus muros están constantemente delante de mí (Isaías 49:15, 16).

Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se regocijará en tu salvación (Salmos 13:5).

Escrito por Kori, staff de Life in Messiah


  1. ¿Qué clase de emociones surgen de ti en el Día de las Madres?

  2. ¿Correrás a Jesús por confort? ¿O guirarás a otros a Él en días “dolorosos”?

  3. ¿Hay alguien en tu vida que luche en el Día de las Madres? ¿Será que Dios te está dirigiendo a ser de bendición y aliento a esa dama?


  1. Cita de lain Provan, Let Us Go Up to Zion as quoted on: https://youtu.be/h_zIJt0Kpes (video de estudio de the Bible Project llamado, “Does God punish women with pain in childbirth?”).

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