¿Era Pablo realmente un convertido? (Parte 2)
La semana pasada propuse una pregunta: “¿Era Pablo un verdadero convertido?” Hoy evaluaré brevemente las tres perspectivas presentadas en el blog de la semana pasada y explicaré por qué estoy a favor de la aproximación de Pablo dentro del judaísmo. Toma más de un blog en dos partes explorar adecuadamente este tema, pero tal vez esta publicación pueda servir como un punto de partida para tu propia investigación.
El Pablo Luterano
En algunos puntos estoy de acuerdo con la perspectiva Luterana[1], tales como el énfasis en la justificación por la fe. Tal como Pablo lo observó, Dios le contó a Abraham su fe como justicia antes que el patriarca fuera circuncidado - es decir, previo a la Torá[2]. Hebreos 11 enfatiza la fe de diversos individuos incluyendo a Abraham (previo a la Ley), Moisés (bajo la Ley), y Rahab (fuera de la Ley); “Y todos estos…alcanzaron buen testimonio mediante la fe”[3]. A través de altas y bajas en la Escritura, generalmente la fe ha marcado al pueblo de Dios como suyo.
No obstante, no estoy de acuerdo en que Pablo rechazara al judaísmo[4] como un sistema legalista. Aunque algunos de sus compañeros fariseos claramente operaban bajo una mentalidad[5] basada en obras o estaban reemplazando los mandamientos de Dios con tradición humana[6], esto no significa que el judaísmo como un todo se hubiera degradado a mero legalismo. El ministerio de Juan el Bautista[7] indica que aún había una dimensión espiritual a las expresiones judías de fe y un entendimiento de la necesidad de arrepentimiento. Y, ¿necesitamos más pruebas de la importancia de la Ley[8] que la misma observancia de Jesús de ella?[9]
También estoy en desacuerdo con esta perspectiva, expresada por el bloggero Luterano Garrik Becket: “La promesa de Dios no es más para el Israel étnico, sino para el Israel inclusivo… Pablo se considera a sí mismo un judío no en el sentido étnico, sino también en el sentido inclusivo dado que es por fe en Cristo en que él oficialmente y de hecho se vuelve parte de Israel.
Esencialmente, dentro del marco de la salvación, la etnicidad judía pierde sentido porque “Israel” se transforma en una categoría puramente espiritual para cualquiera que cree en Jesús, de acuerdo a esta perspectiva. Esto es la clásica Teología del Reemplazo[11].
La Nueva Perspectiva sobre Pablo
Aunque pienso que la Nueva Perspectiva se mueve en la dirección correcta al reconocer la gracia de Dios al escoger a Israel y darles la Ley, no estoy de acuerdo con la idea de que el separatismo judío era un pecado etnocéntrico. Israel debía ser apartado como el pueblo de Dios[12] - tal como la Iglesia[13]. Mientras que sin duda algunos llevan esta idea al territorio del etnocentrismo, las costumbres judías que separaban a Israel de las naciones estaban bastante alineadas con los mandamientos de Dios. Más aún, no encuentro convincente que Pablo objetara separatismo judío sólo para abrazar la separación de la iglesia primitiva.
Mi otra gran objeción a la Nueva Perspectiva es la misma razón por la que encuentro la perspectiva de Pablo dentro del judaísmo más convincente: la Nueva perspectiva sostiene que Pablo abandonó su identidad judía, mientras que Pablo dentro del judaísmo busca entender a Pablo dentro del marco de su esencia judía.
Pablo dentro del judaísmo
Primero, si bien es cierto que la iglesia se alejaría gradualmente de sus raíces judías[14], en los tiempos de Pablo era un decidido movimiento judío. La persecusión del Rabino Saulo (después conocido como Pablo) a los primeros creyentes lo ilustra; si “el Camino” hubiese sido un movimiento fuera del judaísmo, Saulo no hubiera sentido la necesidad de reprimirlo. Saulo buscaba a los adherentes al “Camino” en las sinagogas judías porque los conisderaba blasfemos judíos[15].
Segundo, el concilio de Jerusalén[16] refuerza lo “judío” de la iglesia primitiva. El propósito del concilio era determinar si los gentiles debieran observar la ley mosáica. Finalmente se decidió que ellos solamente debían abstenerse “de cosas sacrificadas a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación”[17]. Tristemente, la pregunta opuesta es hecha hoy día, en lugar de ser “¿Qué hacemos con estos gentiles que quieren seguir a Jesús el Mesías judío?”, ahora le pregunta es “¿Qué hacemos con estos judíos que creen en Jesús?”.
Tercero, Pablo reconoció su identidad judía[18], se identificó como fariseo[19], y sostenía que el evangelio que él predicaba venía directamente de la Torá y los profetas[20]. Él nunca perdió su deseo de que sus compatriotas judíos aceptaran a Jesús como el Mesías[21], y priorizó el proclamar el evangelio en las sinagogas por donde quiera que viajaba.
Mucho más puede decirse y se ha dicho, pero regresemos a nuestra pregunta original: ¿Era Pablo un “verdadero convertido”? Si por “convertido” nos referimos a que abandonó su identidad judía por algo enteramente nuevo y sin relación, pienso que no. Me es claro que Pablo, y los miembros judíos de la iglesia primitiva, mantuvieron una fuerte identidad judía. Si bien yo no estoy totalmente de acuerdo con la perspectiva de “Pablo dentro del judaísmo”, pienso que está en lo correcto al buscar interpretar a Pablo como creyente y como varón judío.
Escrito por Miriam, Asistente de Comunicaciones de Life in Messiah
¿Alguna vez has considerado a Pablo como un hombre judío? ¿Cómo podría eso cambiar tu punto de vista y su comprensión de él y sus escritos?
¿Qué piensas acerca de que Pablo siendo un apóstol a los gentiles, iba primero a las sinagogas en cada ciudad que visitaba?
¿Es tu primera vez leyendo acerca de la Teología del Reemplazo? Revisa este blog de dos partes:Ignorance and Arrogance.
Al menos expresado así por este bloggero.
Romanos 4, especialmente los versículos 3 y del 9-13 citados de Génesis 15:6. La Torá fue dada a Israel en el monte Sinaí en Éxodo 20 en adelante.
Hebreos 11:39.
El término “judaísmo” no se encuentra en el Tanaj (Antiguo Testamento). Su primera aparición está en Hechos 13:43 y Pablo lo usa dos veces en Gálatas (3:13,14) para referirse a la “religión judía”. Similar a lo que vemos en la variedad de expresiones contemporáneas del cristianismo, el judaísmo ha cambiado considerablemente a lo largo de los siglos. Sabemos de marcadas diferencias entre los fariseos, saduceos, y esenios dentro del judaísmo en los días de Yeshúa. La epístola a los Gálatas resalta algunos de las preocupaciones que Pablo abordó en el primer siglo. Hoy, como seguidores del Mesías Jesús necesitamos discernimiento para buscar diferenciar entre la fe/observancia bíblica y las adhesiones de doctrinas, prácticas y tradiciones no surgidas de la Escritura.
La reprensión de Juan el Bautista a los fariseos en Mateo 3:7-10 implica que ellos habían perdido el punto de la Ley.
Por ejemplo, Marcos 7:1-9.
Mateo 3:1-11.
En Salmos 19:7-14 encontramos la celebración poética del rey David de la Ley.
Gálatas 4:4,5; Mateo 5:17; Lucas 10:25-27 y otros versículos muestran que Jesús vivió como un varón judío observante de la Torá.
Citado de “Beckett: The New Perspective from Paul.”
Desafortunadamente, una discusión más profunda de la Teología del Reemplazo está más allá de las miras de este blog. Deberías considerar leer el libro de Michael Vlach Has the Church Replaced Israel?.
Levítico 20:26 es uno de muchos versículos que puntualiza el estatus especial de Israel: Me seréis, pues, santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos”.
Ver 2 Corintios 6:14-18.
A principios del siglo cuarto, los esfuerzos por cortar “las raíces judías” de la iglesia iban ya en camino. Decisiones del Concilio de Nicea (325 d.C.), como el determinar la fecha para celebrar la resurrección de Yeshúa por el equinoccio de primavera en lugar de Pascua, ilustran este incremento de prejucios “anti- judíos”.
Hechos 9:2: “y (Saulo) le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén”.
Hechos 15:1-35.
Hechos 15:29
“Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad(Jerusalén), educado bajo Gamaliel en estricta conformidad a la ley de nuestros padres, siendo tan celoso de Dios como todos vosotros lo sois hoy” (Hechos 22:3). También en Hechos 26:4: “Pues bien, todos los judíos conocen mi vida desde mi juventud, que desde el principio transcurrió entre los de mi pueblo y en Jerusalén…”. Y Romanos 11:1b: “…Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín”.
“Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos” (Hechos 23:6). También en Hechos 26:5: “…puesto que ellos han sabido de mí desde hace mucho tiempo, si están dispuestos a testificar, que viví como fariseo, de acuerdo con la sectamás estricta de nuestra religión”.
Hechos 26:6,7: “Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres: que nuestras doce tribus esperan alcanzar al servir fielmente a Dios noche y día. Y por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos”. Hechos 26:22, 23: “Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería: que el Cristo había de padecer, y que por motivo de su resurrección de entre los muertos, Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentiles”.
Romanos 9:2-5: “…de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque desearía yo mismo ser anatema, separado de Cristopor amor a mis hermanos, mis parientes según la carne,que son israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén”.