Imagina que haces una película acerca de un diluvio universal que destruye todo el planeta.

Tu guión pide que busques a tres hombres para interpretar a Sem, Cam y Jafet. La trama es acerca de cómo por décadas estos hermanos trabajan para construir un Arca siguiendo unos planos dados por Dios. Una semana antes del diluvio, reúnen 2 animales de cada especie. Ellos, junto con sus ancianos padres, suben a ese gigante bote salvavidas, y Dios cierra la puerta.

O digamos que estás montando una obra de teatro dramática. Un gigante llamado Goliat ha desafiado al ejército de Israel. Día tras día se burla de los guerreros judíos, blasfemando contra su Dios. De repente, un día Goliat cae muerto y los israelitas celebran.

¿Algo le falta a estos guiones?

Estos relatos familiares son conocidos comúnmente como “El Arca de Noé” y “David y Goliat”. El protagonista debería ser el primero en la facturación. ¡Imagina estas historias historias sin el personaje principal!

Así que, ¿qué pensaríamos en volver a contar la historia de la Pascua y omitir a Moisés?

Obviamente, Moisés tiene el papel del “líder” en el registro bíblico de la historia del Éxodo. Pero es usualmente omitido en la Haggadá tradicional[1]. El Maggid (la narrativa) comienza la recitación histórica[2] -citando el resumen de Josué[3] donde menciona a Abraham, Isaac y Jacob por nombre. Génesis 15:13, 14 también es citado: en donde Dios le informa a Abraham sobre la futura esclavitud  de su descendencia- incluso Labán es mencionado como un precursor del ascenso de un Faraón que oprime a los hebreos.

No incluidos en la Hagadá están los registros de Moisés siendo librado cuando era un bebé, o comisionado por Dios en la zarza ardiente y enviado como Su portavoz a Faraón. Las plagas sí se detallan pero no el rol de Moisés al predecirlas. 

¿Por qué será así?

Un número de explicaciones han sido ofrecidas para esta omisión[4]. Una de las principales es que Moisés es “el hombre más humilde” (Deuteronomio 12:3). Pero al mismo Moisés se le acredita la autoría del relato del Éxodo y su nombre aparece repetidamente a lo largo de éste[5].

Otros piensan que la Haggadá enfatiza el rol de Dios en redimir a Israel; Moisés es dejado fuera de los reflectores a propósito. Éxodo 12:11, 12 dice:

Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del Señor. Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.

Para enfatizarlo, la Haggadá añade el siguiente comentario: Yo el Señor y no otro… Yo pasaré por la tierra de Egipto -Yo y no un ángel. Y yo afligiré a cada primogénito -Yo y no un serafín. Y con todos los dioses de Egipto, Yo haré juicios -Yo y no un mensajero. Yo soy el Señor -Yo soy Él y no hay otro[6].

Aquí vemos el reflector sobre el Redentor Celestial, excluyendo a los otros.

Con mucho gusto afirmamos que Dios es el Héroe del Éxodo; ¡y de hecho de toda la eternidad! Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén (Romanos 11:36).

¿Pero incluir a Moisés como el siervo de Dios[7] restaría protagonismo al poder milagroso de Dios? Claramente, Moisés es un agente, el embajador de Dios a la corte egipcia. Nadie que lea el relato confundiría al reacio Moisés de Éxodo 3 con el Dios omnipotente. 

De hecho, Dios exalta a Moisés al decir “Yo te hago como Dios para Faraón” (Éxodo 7:1). Moisés es el instrumento de Dios para efectuar la redención divina a Su pueblo de la esclavitud. 

Moisés también serviría como mediador entre el Santo de Israel y el pueblo de Israel. Lo vemos al ser Moisés el receptor de la Torá de Dios (instrucción) en el monte Sinaí[8]. Lo vemos en el rol de Moisés como intercesor a favor de Israel (por ejemplo con lo del Becerro de Oro de Éxodo 32). 

Como nota, Dios promete enviar a Israel “un segundo Moisés”. A la segunda generación fuera de Egipto, mientras estaban en el desierto, fueron dichas las siguiente palabras: 

Desde entonces no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien el Señor conocía cara a cara, nadie como él por todas las señales y prodigios que el Señor le mandó hacer en la tierra de Egipto, contra Faraón, contra todos sus siervos y contra toda su tierra, y por la mano poderosa y por todos los hechos grandiosos y terribles que Moisés realizó ante los ojos de todo Israel (Deuteronomio 34:10- 12).

¿Hubo algún momento de la historia de Israel en que esa promesa se cumplió?

Considera estos hechos respecto a Yeshúa (Jesús de Nazaret):

  • Él es más grande que el Templo (Mateo 12:6); Jonás (Mateo 12:40, 41) y Salomón (Mateo 12:42).

  • Él es más grande que Moisés, quien transmitió la ley de Dios, la cual fue “un ayo para llevarnos al Mesías” (Gálatas 3:24). Jesús cumplió perfectamente la ley (Mateo 5:17) y la Gracia y la verdad vinieron por Él (Juan 1:17).

En Hebreos 3:1- 6 aprendemos lo siguiente:

Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. El cual fue fiel al que le designó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Porque Él ha sido considerado digno de más gloria que Moisés, así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa. Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios. Y Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde; pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza. 

Como creyentes en Yeshúa, amamos señalarle a otros las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento) que apuntan al Mesías -como lo hizo el mismo Jesús. Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras (Lucas 24:27).

Amamos celebrar la Pascua -el mismo escenario en el que Yeshúa instituyó la Cena del Señor -y conectar los puntos hacia “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). “Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado” (1 Corintios 5:7).

En esta Pascua no hay castigo si “pasas por alto” mencionar a Moisés. Pero oramos para que no pases por alto al Cordero de la Pascua, Yeshúa.

Escrito por Wes Taber, LIFE Global Ambassador.


  1. Qué beneficio encuentras en ver a Jesús como el Cordero de la Pascua?

  2. ¿Ya ha sido aplicada la “sangre del Cordero de la Pascua” a tu corazón por fe?

  3. Si no has sido parte de nuestra presentación del Mesías en la Pascua, puedes encontrar nuestra “PascuaVirtual” en línea en https://lifeinmessiah.org/interactive-seder


[1] La Haggadá (ver https://www.myjewishlearning.com/article/the-haggadah/) es el libro tradicionalmente usado en la Pascua para celebrar el sede anual (la comida ordenada). Por siglos se han creado numerosas versiones personalizadas de Haggadás con citas rabínicas añadidas. Algunas incluyen las cita de Yosi HaGalilí de Éxodo 14:31: “Cuando Israel vio el gran poder que el Señor había usado contra los egipcios, el pueblo temió al Señor, y creyeron en el Señor y en Moisés, su siervo”. La única referencia a Moisés.

[2] Las citas de la Haggadá fueron tomadas de https://www.sefaria.org/Pesach_Haggadah.

[3] Josué 24:2- 4

[4] Por ejemplo https://haggadahberurah.com/why-is-moshe-not-in-the-haggadah/; https://lessons.myjli.com/why/index.php/2016/11/23/moses-name-in-the-haggadah/https://www.chabad.org/library/article_cdo/aid/3973896/jewish/Was-Moses-Purged-From-the-Haggadah-10-Approaches.htm. Para un vistazo más cínico, ver https://www.jpost.com/Blogs/Torah-Commentaries/Why-Isnt-Moses-in-the-Haggadah-445411.

[5] Desde el nacimiento de Moisés registrado en Éxodo 2 hasta el cruce del Mar Rojo en el capítulo 14, el nombre de Moisés se menciona 121 veces; 293 veces en el libro del Éxodo, y un total de 650 veces desde Éxodo hasta Deuteronomio. 

[6] Pesaj Haggadá

[7] Dios llama a Moisés “mi siervo” seis veces en el A.T. (Incluyendo Números 12:7, 8).

[8] Éxodo 19 en adelante.

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