El Poder de la Luz
El poder de la luz de Isaac Bashevis Singer es una hermosa historia de esperanza en medio de la angustia y del mal. Este libro para niños me mantuvo en el filo de mi asiento mientras leía la heróica historia de una joven pareja que escapó de las ruinas bombardeadas del gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial. Al borde de la inanición y la muerte inminente, entre los escombros, David encuentra finalmente lo último de la comida y una pequeña vela.
Era la primera noche de Jánuca, y David y Rebeca llenaron sus vientres vacíos con papas y queso congelados, y encendieron esta pequeña vela de esperanza. En la calidez de su luz, encontraron el valor para escapar de las ruinas del gueto y la Polonia ocupada por los nazis. David y Rebecca hicieron el arduo viaje hacia los guerrilleros en lo más profundo del bosque justo antes del octavo día de Jánuca.
Su destino final dejó una lágrima en mi ojo. Los guerrilleros arriesgaron sus vidas para contrabandear los niños a salvo en las costas de Israel. Su destino final fue un lugar donde encontraron refugio. Ellos comenzaron sus nuevas vidas libres de miedo. La historia de El Poder de la Luz nos recuerda que un aparentemente insignificante símbolo, como una vela, puede estimular la esperanza de sobrevivir y cambiar el curso de la historia.
Este Jánuca, mi corazón es atraído a aquellos relatos de supervivencia. La Fiesta de las Luces (Jánuca) es un símbolo de la gran liberación de Dios del pueblo judío en el período intertestamentario (entre el Antiguo y Nuevo Testamento). Me asombra que el pueblo judío aún enfrente el mismo odio asesino hoy.
Desde los Amalecitas (1 Samuel 15:1,2), hasta Amán (Ester 3), al malvado emperador griego Antíoco (167-160 a.C.), a los romanos (específicamente en el 70 d.C.), hasta Hitler, a Hamás, la historia está plagada con antisemitas que buscaron destruir la Niña de los Ojos de Dios (Zacarías 2:1-9 dice: “porque el que os toca, toca la niña de su ojo”).
Hace unas semanas atrás, estaba de pie en la esquina de una calle de un vecindario judío con una pancarta mostrando mi respaldo por Israel y por el pueblo judío, como una cristiana. Para ser honesta, estaba un poco temerosa.
¿Cómo seríamos recibidos por la comunidad judía?
¿Trataría alguien de lastimarnos por respaldar al pueblo judío?
Aparte de unas pocas personas gritando desde sus coches, el día fue pacífico. Aquellos a quienes tuve el privilegio de conocer dejaron una impresión profunda en mi corazón. El alivio y la gratitud expresadas por la comunidad judía fueron hermosas. Nuestro grupo escuchó incontables historias de cómo la guerra en Israel estaba afectando su comunidad. Un caballero expresó su preocupación por usar su kipá/ yarmulka en ciertas áreas, temiendo por su seguridad.
¿Cómo puede esto estar pasando en América? Me preguntaba.
Mi corazón sintió el peso del miedo y la preocupación que él, como varón judío, estaba enfrentando.
Mientras Jánuca llega este año, el símbolo de la menorá resplandece brillantemente. ESPERANZA en medio de los días oscuros.
El Dios de Israel permitió al pueblo judío superar a sus enemigos a través de la historia y aún provee al día de hoy para su adoración. Mientras las menorás son colocadas en las ventanas de nuestros vecinos judíos este año, me pregunto qué clase de luz tú podrías brindar a esa casa al detenerte y expresar tu amor y respaldo.
En un mundo donde ellos se sienten odiados y cazados, el amor del Mesías debe resplandecer brillantemente para disipar las tinieblas.
“Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar”, Mateo 5:14.
Escrito por Kori, staff de Life in Messiah
¿Qué te da esperanza y luz?
¿Cómo podrías mostrar amor y respaldo a tus amigos y vecinos judíos?
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