¿Cómo mostrar interés por el pueblo judío? (Parte 3 de 4)
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¿Ama Dios a todo el mundo? Juan 3:16 nos dice que sí.
“¿Ama Dios a todos por igual?”, eente s otra pregunta. La afirmación de Dios Yo amé a Jacob, más aborrecí a Esaú, es un desafío para nuestro sentido de justicia - especialmcuando la decisión fue hecha cuando los gemelos estaban en el útero (Romanos 9:10- 13). ¿Qué decir del discípulo a quien amaba Jesús (Juan 21:20)?
Así que, ¿qué significa tener el amor de Dios por el pueblo judío? Fundamentalmente, es reconocer su papel único como Su pueblo escogido y amarlos como Él los ama. Como muestra, Israel es:
La niña de los ojos de Dios (Zacarías 2:8).
Su especial tesoro (Éxodo 19:5; Deuteronomio 14:2).
Su herencia (Deuteronomio 4:20).
Sus hijos/ prole (Deuteronomio 14:1).
Su esposa (Jeremías 31:32).
El pueblo judío es precioso a los ojos de Dios, es honorable y amado (Isaías 43:4), son Sus testigos y Sus siervos (43:10). Él es el Redentor de Israel, el Santo de Israel, Su Creador y Rey (43:14, 15). Dios los tiene grabados en las palmas de Sus manos (49:15).
Las Escrituras son muy claras: Israel es sumamente importante para Dios. Las palabras proféticas que suelen acompañar estas expresiones de amor indican que el mismo no es un amor en tiempo pasado solamente [Ver Isaías 43:5- 7 como un ejemplo en dicho contexto].
¿Cómo es el amor? El pastor Steve DeWitt (de la iglesia Bethel en Crown Point, IN) define el amor como buscar activamente el bien y alegría de otros. Así que, ¿cómo buscamos el bien y la alegría del pueblo judío? Aquí presentamos 5 sugerencias:
1. No ignores/pases por alto al pueblo judío. Al pasar de los años hemos notado con pesar cuán fácil es que el pueblo judío NO sea representado en conferencias misioneras en los campus de universidades e iglesias. A menudo vemos “tratados” para alcanzar a musulmanes, hindúes, budistas, animistas, etc. Sin embargo, el pueblo judío no está dentro del programa.
Muchas iglesias evangélicas trabajan para diversificar sus ofrendas misioneras, sin embargo, regularmente ningún ministerio al pueblo judío está incluido en el presupuesto. La prioridad bíblica tan clara del pueblo judío en el plan de Dios ha salido completamente del radar para muchos. Nuestro apreciado colega Jhan Moskowitz (ya en la presencia del Señor) acertadamente dijo: La mayor forma de antisemitismo es el retener el Evangelio al pueblo judío.
Gracias a Dios, hay sus maravillosas excepciones. Nuestros corazones rebosan de gozo cuando escuchamos sermones predicados en iglesias locales que reflejan el corazón de Dios para con el pueblo judío.
2. Reconoce la diferencia entre Israel y la Iglesia. El Supersesionismo se refleja en una teología que ve a la Iglesia en el Antiguo Testamento y que considera que la misma es el Israel del Nuevo Testamento. La falla en distinguir entre los tratos de Dios con la Nación de Israel y Sus propósitos para la iglesia a nivel global produce numerosos errores.
Como un ejemplo, el Pacto incondicional de Dios acerca de la tierra prometida a Abraham (Génesis 15) suele ser espiritualizado o ignorado. Mandamientos específicos dados a la nación de Israel se tornan confusos cuando son aplicados a la Iglesia. ¿Cuál es la relación del creyente neo- testamentario con mandamientos acerca de la observancia del Sabbath, comer alimentos impuros, o mezclar algodón y lino en la ropa?
Amamos al pueblo judío cuando no espiritualizamos o nos mal apropiamos de las bendiciones de Dios para Israel. (Cada promesa de este libro es mía, cada capítulo, cada versículo, cada línea… es una canción pegadiza que refleja una malísima hermenéutica, en mi opinión).
3. Recuerda el esquema de Dios para la iglesia. En Efesios 2:13- 16, Pablo detalla el diseño de Dios para la novia del Mesías:
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Él mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.
El resultado del trabajo en la cruz del Mesías para ambos, creyentes en Él judíos y no- judíos, incluye:
Paz (vs.17).
Acceso en un Espíritu al Padre (vs.18).
Ser edificados juntamente para ser una morada de Dios (vs. 22).
Efesios 3:6 revela el misterio: a saber, que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.
4. Ten una humilde actitud de gratitud. Como gentiles, nuestra herencia espiritual está destituida: muertos en delitos y pecados (Ef. 2:1, 2). Si bien eso es cierto para las personas judías también. En las palabras de Pablo: ¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado; como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios (Romanos 3:9- 11).
Como sea, la Escritura contrasta el legado espiritual de ambos grupos:
a. Herencia judía (Romanos 9:4, 5): …que son israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.
b. Posición gentil (Efesios 2:11, 12): Recordad, pues, que en otro tiempo vosotros los gentiles en la carne, llamados incircuncisión por la tal llamada circuncisión, hecha por manos en la carne, recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo.
Uno casi podría pensar que Pablo anticipó lo que podría pasar en el camino en tanto más gentiles fueran adheridos al Cuerpo (y vio la continua resistencia de sus parientes al Evangelio). Usando una analogía del árbol de olivo, Pablo describe a los no- judíos como olivos silvestres, instruyéndolos no seas arrogante para con las ramas naturales (ver Romanos 11:17- 21).
Leyendo las palabras de los Padres de la Iglesia respecto al pueblo judío nos da la sensación de que el mandato de Pablo ha sido ampliamente ignorado. Incluso entendiendo las dificultades para discernir las motivaciones y siendo ajenos a las fuerzas que dan forma a una cultura, es fácil observar cómo el pueblo judío, al leer los escritos de los patriarcas, no se hayan ido sintiendo amados y valorados.
Luego del nacimiento de la Iglesia (Hechos 2) los gentiles escucharon el evangelio del Mesías judío a partir de testigos judíos. ¿Estamos agradecidos?
5. Recuérdale al pueblo judío (y a la Iglesia) de la fidelidad duradera del pacto de Dios. Esto se puede lograr al predicar esos pasajes que tanto enseñan como ilustran dicha verdad (Ezequiel 20 es mi favorito, en parte porque es desconocido; yo suelo incluirlo cuando enseño Perspectivas).
También cuando tenemos oportunidades indirectas para hacer referencia al hesed (amor incondicional y permanente) de Dios. Por ejemplo, de las 7 cualidades de Dios descritas por A.W. Pink, las tres primeras cualidades (no- influenciable, eterno, y soberano) todas tienen relación directa con el amor de Dios por el pueblo judío. Por cierto, Su calidad de amor se extiende a todo el mundo. Sin embargo, este sería una gran oportunidad para recordarle a la Iglesia del amor duradero de Dios por el pueblo judío, simplemente al denotar el contexto citado en los pasajes. La constancia del pacto de YHVH a Israel refuerza nuestra confianza de que Él no nos abandonará (2 Timoteo 2:13 es una reformulación neo- testamentaria de esta maravillosa verdad).
Escrito por Wes Taber